martes, 8 de febrero de 2011

"LAS ESTATUAS INVISIBLES" (Dedicada a Isaac Asimov)

En 2005, un caballero desapareció en Oxford, su nombre era George Bitternut. Le dejo a sus herederos tres cosas en herencia: un castillo en un apartado lugar de Inglaterra, casi un millón de libras, y, lo menos importante, un libro de recetas para invocar demonios que nadie tomó en serio.

George Bitternut había desaparecido de forma misteriosa en la biblioteca del Magdalen College. había acudido allí como gran lector de cuentos a una serie de conferencias sobre J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis y el The Inklings.

Allí estaba también Erz Mathews. Y, Erz fue el encargado de comunicar a la familia la desaparición del Sr. Bitternut.

Por esa deferencia de avisar, Erz, fue invitado a ser testigo del reparto de la herencia. El castillo se lo dejó a su hijo George, como pago por haberlo cuidado. El dinero se repartió entre todos sus hijos legítimos y extramatrimoniales. pero nadie quiso saber nada del libro de recetas para invocar demonios. De hecho, hablaban de quemarlo. Erz demasiado protector en lo que a libros se refiere se ofreció a comprárselo por sesenta libras, diez por cada heredero.

Erz Mathwes no supo exactamente que había comprado hasta que llegó a su casa de Londres. El libro era muy antiguo, estaba en inglés medieval, en antiguo anglosajón, pero eso para Erz no fue problema. Erz era tan fan de Tolkien que estudió filología y se especializó en lo mismo que el autor inglés, peor Erz no era inglés, era escocés, de Edimburgo, aunque ahora vivía en Londres.

Una de las recetas aparecía remarcada. Leyó los ingredientes y las palabras que había que decir, y decidió probarla tras tomar algunas precauciones. Lo hizo a las tres semanas.

Al completar la receta y la formula se sorprendió al ver que el ser que aparecía ante él sobre la esa aunque tenía el aspecto de un demonio sólo media como su pulgar. Era un demonio amistoso, dispuesto a ayudar, cuyo nombre para los humanos era Azazel pues su verdadero nombre ,como el de todos los demonios, era y es mucho más complejo y difícil.

Sea como sea, al cabo de un tiempo, Erz Mathews terminó en España, en concreto en Logroño.

Se hallaba sentado en una mesa, en un cómodo lugar de un pequeño restaurante, que no nombrare, en donde comía y escuchaba a desconocidos, a conocidos y a amigos.

Ese día estaba sólo, mirando pensativamente el periódico.

Entonces entró José Rodriguez. José era un buen escultor. Siempre atento a los plazos de entrega de sus obras, siempre impaciente y en disgusto con su calidad y lo que él deseaba expresar. Era uno de los muchos conocidos de Erz. Así, que, cunado se sentó con cara de decepción a su mesa no dijo nada y esperó.

El azar quiso que el pequeño demonio Azazel estuviese en ese momento allí, escondido en el bolsillo de la camisa de Erz, y escucho las palabras de José.

- Mira Erz, ya sabes que soy un buen escultor pero estoy cansado de las quejas de quienes me contratan.
- ¿Qué ha pasado esta vez?
- La empresa Jazz Group me ha contratado para hacer siete esculturas, quieren esculturas sorprendentes, dignas de la admiración popular. Sin embargo, me avergüenza decir que los técnicos del ayuntamiento, de la diputación y de la comunidad no gustan del trabajo que he hecho.
- Nunca se puede trabajar a gusto de todos.
- Si pero las obras ya están hechas, no tengo tiempo para hacer otras. ¡Ojala fueran del gusto de todos ellos!¡Ojala fueran dignas de un emperador!
- No te preocupes seguro que se soluciona- dijo Erz.
- Eso espero -dijo el otro mientras se levantaba e iba a pagar su consumición.

Luego, Erz lo vio irse airado.

Erz no pudo menos que pensar que José tenía un problema. Entonces el pequeño demonio le hizo una señal. Erz se levanto, pago su comida y se fue a su piso de alquiler.

Parecía el infalible Azazel dispuesto a ayudar a José. Le parecía una buena acción cumplir su deseo, aumentar sus ingresos, y, a la vez, dar un escarmiento a lagunas personas.

No obstante, Erz tenía reparos en que Azazel actuase.

- Humanos- dijo-, ese hombre necesita ayuda. Por suerte, en este caso no necesito interferir en la naturaleza de su persona. Sólo tengo que cambiar algunas cualidad de esas estatuas. De hecho, serán famosas en toda España.

Le agradaron a Erz las palabras del demonio, pero le parecía un tanto desproporcionado que Azazel usase su poder.

- Tranquilo, es fácil y sólo unos pocos serán castigados. Puedes llamarlo una acción de justicia.
- Bueno -dijo Erz-, si nadie sale perjudicado actúa.

Pasaron unas semanas, José Rodriguez se había ido a un viaje. Erz se sentó en la cafetería y observó la excitación de los riojanos. En muchos había enfado y disgusto.

Se acercó al camarero, y, preguntó:

- ¿Qué sucede?

Por toda respuesta el camarero le dio el periódico mostrándole una noticia. Erz, por alguna razón, no pareció sorprendido. "Estatuas desaparecidas", rezaba el titulas. Leyó el artículo detenidamente, y contuvo una sonrisa.

Ahora la policía investigaba dónde habían ido a parar las estatuas o si todo era un timo de los políticos.

Erz rió a carcajada partida. Pagó el café que había tomado, y se marchó bajo la atenta mirada de los paisanos allí reunidos.

Meses después por motivos familiares Erz Mathews volvió a Edimburgo. Vio a José en aquella ciudad y se extrañó de ello. Naturalmente, él al principio no se dio por enterado.

Al final, sin embargo, se encontraron en la bibliotecas del Royal Dúnedin.

- ¿Erz?- preguntó José.
- Sí, estoy aquí atrás.

José inspiró profundamente varias veces. Y, luego le dijo.

- Seguro que ya has visto las estatuas. ¿A qué son maravillosas?
- NO las he podido ver. He estado ocupado.

Entonces le enseñó las fotos. Ciertamente eran unas obras magníficas. Erz le dio la razón. En las fotos las estatuas estaban en su sitio colocadas, ¿porqué la gente no podía verlas?

Cuando estuvo a solas, Erz consultó con Azazel. El pequeño demonio le señaló un pequeño cuento, "El Traje del Emperador" era el título. Lo leyó y comprendió que había sucedido. Era algo que ya no se podía cambiar, y en el fondo le hizo gracia.

1 comentario:

  1. Voy a ser sincero. No es un relato de terror. Pero si es un texto muy bueno que parece escrito por el autor al que se lo dedicas. El tema del relato es una ficción de un hecho real que ha sucedido y has logrado una vuelta de tuerca que el lector agradece por su perspenctiva más humorística que de terror.
    Creo que es un texto que sobre todo los riojanos deberían de leer de forma agradecida y los políticos, incluso meditar. Pues, ciertamente, para hacer cosas que no se utilizan es mejor hacer cosas que ni siquiera se pueden ver.
    Le doy un sobresaliente, pero repito que no es de terror.

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