lunes, 21 de febrero de 2011

"CIRCULO INCANDESCENTE"

Esta es una versión actualizada de un relato escrito por mi en abril de 1996.
En aquel momento lo presenté a un concurso y llevaba la siguiente dedicatoria:
-"Dedicado a los escritores que más me gustaron por sus narraciones: A. Cunqueiro, C. Casares, M. de Cervantes, M. Delibes, J. Verne, J. Swift, J.R.R. Tolkien, Apuleyo y Homero."

Ahora seguidamente pongo el Relato:
Durante los largos siete años, que en esta villa llevo, jamás había oido cosa semejante. Soy amante de la lectura, las historias (cuando alguien sabe contrlas), y sobre todo del misterio o cosas extrañas, no me refiero a los OVNIS, si no lo tópico: fantasmas, apariciones, vampiros, etc... Mis días en este tiempo se deslizaban entre la vida natural de los estudiantes...

El misterioso caso había comenzado en las vacaciones de Semana Santa, no es necesario saber a dónde fui, sól oque no me encontraba en la villa, pero me lo contó ni más ni menos que la propia protagonista. Su nombre era, y es, Maria. No es necesario que hable de su familia: hermaons, padres, abuelos... Todos muy conocidos en la villa. Basta saber que se acercó un día y me dijo:

- Ven conmigo, deseo contarte un secreto.

Y fue esto lo que me contó:

- Era el día de Jueves Santo, yo había pasado el día anterior con mis amigas hasta bien entrada la noche; y estaba durmiendo... Cuando, según mi padre llamó por teléfono un "amigo" mío. Mi padre le contestó que yo estaba descansando y él dijo que ya llamaría en otro momento. Así fue. A las ocho y medio más o menos sonó el teléfono. Era la misma persona, dijo un nombre, y que deseaba hablar conmigo entre el sábado y el lunes, pero el día no lo recuerdo con claridad.
- ¿Hablaste mucho con él?- pregunté.
- No, colgué el teléfono asustada. El caso es que esa noche, cuando volvía a casa después de estar con las amigas... Cuando..., oí unos pasos rítmicos detrás de mí... Suaves, unos pasos que se perdían en la oscuridad de las calles contiguas y paralelas a la mía... Tenía miedo. Mi corazón latía con fuerza...
- Muy bien, ¿y?
- Como te decía, estaba muerta de miedo y medio paralizada por el frío que me producía ese pánico, lo peor era como el frío de una ducha helada. Sentí un escalofrío, miré detrás mía. A unos seis pasos, no sé cuantos, apareció una negra figura que me quería coger.
-Y..., ¿gritaste?
- No..., eché a correr hasta donde vivo. Entré,cerré la puerta y también las ventanas de la planta baja. Pero... En la noche... Sentí subir algo por la pared... Oí un golpe en el trastero...Me lenvanté. No había nadie. Mis padres dormían en la otra habitación... yo cerré la puerta de la mía. Escuche algo acercarse desde el baño... Comenzaba a abrir la puerta de mi habitación. Luego escuche como si posasen un papel a mi lado... Encendí la luz, no había nadie. Sin embargo, encontré u ntexto en la almohada... Comencé a leerlo. Parecía normal, incluso hermoso. Pero se transformó en un texto muy distinto que me hizó sentir una extraña languidez... Me sentía extraña.
-¿Pasó algo más?
- No, el resto de la noche fue tranquila, no sucedió nada más.
- Pero... ¿algo más debio pasar?
- sí, paso. Al día siguiente fui a dar un paseo por una fraga., cerca de un rio. Me había cansado de caminar por la orilla del rio y me acosté en el suelo, al sol, a descansar un poco. Me quedé dormida. Por lo que no sé si lo que luego sucedió fue real o no.
- ¿Qué fue?. fue mi pregunta.
- Sentí una caricia en el rostro. Y oí a alguien hablar, creo que sobre la humedad. Abrí los ojos. Ví a un joven cera de mi... Me alzó en el aire y me llevo al lado de una hoguera. No había nadie. Solos... Él y yo, solos.
- Puedes seguir. No temas.
- Terminaba de sentarme junto a lfuego. Cuando sentí una débil correinte de aire en el cuello. Me relajaba... Sentí otra vez aquella languidez en el cuerpo... Un poco más abajo del vientre... UN calor intenso en mi cuerpo. Mis muslos y nalgas eran tocadas... El joven comentzó a tocarme los pechos... Los acariciaba... La mano bajando a mi pantalón... El pantalón desabotonado... Sacándome la blusa, el sujetador... El pantalón a un lado. Fui recostada contra la paréd. No aguantaba. Lo deseaba misteriosamente... Suspiros... Sus manos recorriendo mi cuerpo... Obligándome a abrir las piernas... Más suspiros... Una mano en... El joven succionando mis pechos... Mis piernas se abrieron más. Sentí algo entre ellas... Los cuerpos en el suelo... Eso sucedió también durante los dos días siguientes, pero estando sola en casa.
-¿Qué más recuerdas?
- Si todo sucedió en el cerntro de un circulo incandescente que yo veía cada vez que recueraba el sentido después de desmayrme o al despertar de ese extraño sueño.

Por estos motivos, auqnue no descubrí que le sucedió realmente a ella, no podía tampoco dejar de contar esta hisotria. Sabía que me faltaba un elemento importante que no llegue a conseguir: la carta que le habían dejado en la almohada.

Hace tres años que no he vuelto a ver a Maria. Sin embargo, durente estos años no he dejado de recordarla, de tenerla en mi pensamiento. Tal vez la circunstancia que entonces vivió no se ha vuelto a rpoducir, o quizá si le ha vuelto a pasar. Pero como podría suceder que le pasase a otra joven; me he visto obligado a escribir este texto...

La verdad, no hay nada más inquietante que no saber que es real y que no. Así que si alguna chica lee este texto que recuerde los detalles del mismo y no lea esa extraña carta...

1 comentario:

  1. El relato y la ilustración son buenos aunque muy mejorables. Trata de actualizar más este relato al que parece que sólo has hecho pequeñas modificaciones.
    La verdad lo ideal sería que pusieses también el original para que los lectores pudiesemos comparar.

    ResponderEliminar