sábado, 29 de enero de 2011

"INSOMNIO"

Todos tenemos un secreto encerrado en un lugar oculto de nuestra alma. El mío es como comenzó mi pesar, como se inicio esta enfermedad que ahora me aqueja.

Todo comenzó siendo yo un muchacho de quince años que vivía en esa ciudad hechicera donde convergen peregrinos y un suave olor a piedra húmeda acompaña nuestro pasear en otoño, invierno y primavera. En aquellos días trataba de estudiar en el colegio o instituto privado en el que me había inscrito mi tutor. Esa vida era para mi un rompe cabezas que me hacía soñar con seres oscuros nacidos en las alas de las tinieblas. Dos libros siempre estaban entonces en mis manos, "El Hobbit" de Tolkien y "Los mitos de Cthulhu" de Lovecraft. Básicamente era un estudiante como cualquier otro que podáis encontrar por las calles de vuestra ciudad.

Era una noche más de estudio, no podía conciliar el sueño. Los profesores se habían puesto de acuerdo para volvernos locos poniéndonos todos los examenes en un día, y los libros se me atascaban, ya no sabía si estudiaba Física o Matemáticas, Literatura o Filosofía.

Sobre la mesa el reloj me decía que ya habían pasado de las dos de la mañana. Quería dormir. Mi cuerpo lo necesitaba, pues llevaba así dos semanas. pero cuando me acostaba, mi mente me recordaba los examenes y ya no me era posible dormir.

Dos horas pasé en esa situación. ya eran las cuatro de la mañana. Guarde enfadado el reloj en un cajón.

Tenía mi cabeza saturada de información. Ahora, era la angustia por no dormir lo que me impedía el descanso.

Una voz llego entonces a mi. no una voz física sino un mensaje mental o algo así. Me decía:

- "¿Quieres dormir? ¿Anhelas el descanso?"

Me quedé congelado de terror. ¿Habría leído demasiado Lovecraft? No, no podía se eso.

La voz volvió.

- "Te ayudaré a descansar como nunca, y podrás hacer los examenes sin tensión."

Era justo lo que necesitaba.

-"Observa y déjate llevar por mis palabras."

Cuando me dí cuenta estaba fuera de casa. No podía saber como había llegado allí pero estaba en la casa, en la habitación, de una joven de mi clase, de una de mis compañeras.

- "Dale placer y descansaras"- dijo la voz.

Le hice caso. Ahora deseo que entonces no lo hubiese hecho.

Ahora ´se quién enviaba las sugerencias, quién era la voz tentadora. Era la voz de alguien que corrompió mi alma y mi cuerpo. Ya no duermo, no puedo dormir. Aprobé aquellos examenes y otros que los siguieron. pero ya no duermo, prácticamente no como. No lo necesito. Vivo del placer que les doy a las mujeres. Vivo de su energía.

Mi deseo ahora es ser liberado de esta maldición. Deseo poder dormir, algo que hace quince años o quizá veinte que no hago.

viernes, 28 de enero de 2011

"OLA DE CALOR"

Abrió la puerta de la entrada. Tenía pocas manías y menos deseos, pero cuando las tenía eran realmente apasionadas. Fue al ascensor y pulsó el uno, siempre se preguntaba por que usaba el ascensor cuando podía usar la escaleras. Subió al primer piso, como siempre desde hacia un año. Salió pensando en no hacer ruido para no despertar a los vecinos. Cuando entró el silencio golpeo sus tímpanos, pero no le dio mayor importancia.

A continuación, fue a darse una ducha. Era una noche calurosa, sentía que demasiado para ella.

Cruzó la habitación. Notó como si un escalofrío recorriese su espalda. Entró en el baño. ¿Habría dejado alguna ventana abierta? Imposible: siempre cuando salía las cerraba e incluso bajaba las persianas.

Volvió sobre sus pasos para comprobar la ventana, a lo mejor no la había cerrado del todo. De pronto se sintió débil.

Intentó grita, pero no pudo. La perdida de consciencia ahogó su grito.

Aún tenía los ojos cerrados cuando comenzó a volver en sí. Sus labio presentaban un tono rosado. Una ligera nube de vapor flotaba sobre la bañera como ocultado su cuerpo bajo las aguas.

Se quedó mirando el techo unos momentos. Ahora se encontraba mejor que al llegar al piso. Le extrañó haberse dormido en la bañera, y más extraño fue el sueño. Muy lentamente, fue saliendo del agua y cogiendo la toalla. Después se secó y pus un pijama de verano. La noche era realmente calurosa, y no se extrañó de haberse dormido en el bañera.

Se acostó en la cama. Por alguna razón se acordó del extraño joven de ojos brillantes que la observaba desde le quinto piso del edificio de enfrente. Sintió miedo, siempre ocurre así; y, a partir de ese momento el ambiente pareció pesar sobre ella como una losa.

Olvidando ese momento de miedo, hasta ese instante, todo transcurre bien. Salvo por el calor. Un calor que no la deja pensar con claridad. un calor que enciende su cuerpo con un extraño fuego interior.

y entonces ella se abandona a los sentidos. Siente como suaves y frescas caricias sobre su piel, surcándola como un barco el mar. El calor aumenta y ella se sacar la parte superior del pijama. Se concentra en las sensaciones que producen en su cuerpo esas fresas y ligeras caricias que son como una suave brisa sobre su cuerpo.

Su cuerpo se estremece, no por calor, no por frío, por placer. La joven se encuentra profundamente afectada por las sensaciones que le producen esas caricias. Abre la boca soltando un suave gemido. Se deja llevar por esas apasionadas sensaciones.

Hasta que llega al clímax del placer. Abre los ojos. Junto a ella ve la etérea figura del joven del quinto piso del edificio de enfrente. La mira intensamente haciéndola sólo con eso sentir esas sensaciones.

Él no la toca. Está apoyado en la cómoda que ya junto a la ventana del lado de la cabecera de la cama.

La hace llegar a éxtasis una vez tras otra, agotando su joven cuerpo. Enfriándolo. Haciendo que una ligera capa e hielo lo cubra. Luchando por hacer que al llegar la madrugada el alma de la joven deja libre ese cuerpo.

Sin embargo, hace calor, hace demasiado calor.

El amanecer llega. El Sol salé. Y, él tiene que dejarla.

Acostada, desnuda, sola en la cama. La joven debería haber muerto, pero no murió. La ola de calor de esa noche salvó su vida.

Cuando días después preguntó al portero de su edificio si conocía a un joven que vivía en el quinto piso del edificio de enfrente, este le dijo:

- Ahora nadie vive ahí, señorita. pero vivió un extraño joven que apareció muerto. De tez morena, pelo oscuro y ojos brillantes asustaba a las mujeres tanto como las atraía. Y, muchas decían que hacía magia negra.

- ¿Cómo murió?

- No sé sabe con certeza. Sólo se sabe que lo encontraron congelado en una habitación.

La joven se estremeció, le dio las gracias y fue corriendo a la iglesia. Le pidió al cura agua bendita, y compró sal en una tienda, con ambas cosas protegió puertas y ventanas. Y, no volvió a ser molestada...

"UNA EXTRAÑA EXPOSICIÓN"

En al Capilla de la Madanela, o Magdalena, en Arzúa, pueden verse actualmente pequeñas exposiciones de cuadros, de fotos, o de esculturas. Sin embargo, sólo una exposición me ha hecho pensar en algo inquietante, que nos vigilen o más bien, sentirse un vigilado. ¿Porqué me hizo pensar en ello? Lo contaré.

Normalmente, aun las exposiciones temáticas no se centran en una persona concreta sino en paisajes distintos, o elementos diversos unidos por algo en común.

En una de esas exposiciones me encontré unas pinturas oscuras pero no por ello indignas del mérito artístico a pesar de su sombría presencia. En ellas se recreaba la vida de una persona de la localidad desde la visión de sus pecados. Si hubiese sido millonario las hubiese comprado todas. Eran treinta cuadros que recordaban al estilo del "El Greco", como me informaron mucho después. El primer cuadro mostraba un ventana de la habitación de esa persona protagonista con la persiana bajada, y, en el último se veía una escena inquietane de esa persona protagonista en el Castro Curbín.

Justamente esas eran imagenes fieles, tétricas por la composición de color, y a la vez bastante personales. No sólo parecían contar la vida de esa persona sino que eran a la vez capaces de hacernos descubrir la belleza del terror.

Más por ello la exposición y las obras fueron relegadas al olvido, pues a los habitantes de Arzúa les parecía inquietante ser observados de esa forma; y el galerista madrileño que trajo la exposición dejó de ser accesible al público y finalmente fue encontrado muerto en su casa. Además, la inquietante firma del autor asustó mucho al párroco de la localidad cuando la vio. La firma era "SNS" escrito de izquierda a derecha con un tridente debajo de las letras.

¿Quién era el pintor? Algunos dicen que el propio galerista. Sin embargo, hay quien dice que era el propio Diablo quién los pintó.

Ahora la única prueba que queda de la existencia de la exposición son las fotos que saqué de las obras para hacer una tasación. Cuando el tasador vio las fotos sólo dijo:

-"¡El Greco! ¡Aún vive!"

Luego me pidió que guárdase en una caja fuerte las fotos, pues decía que eran cuadros que sólo se podían ver una vez en toda una vida.

"RUIDO"

Estoy sentado frente a mi escritorio, cuando observo como se aproxima el atardecer y tras él la noche. Entonces comienza el ruido. Ruido de puertas golpeando allí donde no hay puertas ni nadie que las cierre, oigo los gritos de personas que no están presentes. Alguien entra en la habitación no puedo decir por la puerta o por la ventana, sé que hay alguien por que siento como golpea con su dedo contra la ventana. Escucho también un silbido, quizá un siseo como si una serpiente se arrastrase donde es imposible que haya una.

Es un ruido extraño, misterioso, que algunas veces hiela el alma.

Ahora alguien abre una puerta donde veo con mis ojos que hay una sólida pared, una puerta que hace un ruido de goznes que chirrían que recuerda el canto atroz de la puerta vieja y llega de herrumbre de un cementerio. Luego la oigo cerrarse de forma sorda y profunda, un sonido despiadado que deja a uno con la sensación de estar encerrado, de estar prisionero.

Me he preguntado muchas veces por esos ruidos, quizá sean invenciones de mi mente. Es posible, es cierto, que mi imaginación los haga reales. pero su presencia es inevitable como la de una puerta entre abierta detrás mía, como la serpiente del miedo que se arrastra en las sombras. Cada vez es mayor la presencia del ruido. Sólo me queda huir. Entrar en la iglesia más cercana, y pedir arrodillado, desde el suelo, a Dios que haga que ese ruido cese.

jueves, 27 de enero de 2011

"LA VISION"

No soy muy dado a creer en sueños o visiones de ninguna clase, nada puede sorprenderme de lo que aparece ante mis ojos. Sin embargo, algo sucedió que me hace dudar y no puedo borrar de mi mente.

Como todas las noches me acosté en la clama silenciaos de mi habitación. Pasadas un par de horas, cuando ya el sueño me vencía, la vía aparecer en mis sueños. Una joven viajera a la que podía ver en un lugar muy alejado de mi, pero a la vez asomborsamente cerca. Me concentré en el paisaje a su alrededor, tenía a su alrededor una tierra trópical, o al menos eso me pareció. Cerca de ella veía sombras acechantes, unas parecían seguirla de su pasado, otras nacían de sus miedos actuales. Ví los restos de una antigua ciudad en una montaña. Pero después la imagen desapareció de mi vista.

Pasado un tiempo de oscuridad, la visión me llevo a una ciudad junto al mar. Por un lado podía ver la ciudad entera; por el otro lado, veía el mar, un mar encrespado y furioso, sobre él unas escaleras de mármol, como si fuesen de un alto templo, subían hacia el cielo. Una voz se oyó a través del mar que decía: "Mira la ciudad de Abbulé. Verás su destino." Mi mirada se dirigió a la ciudad.

Al prinicpio la ciudad me dió una sensación de eterna antigüedad, como si, en un momento hasta la construcción más moderna se hundise y en su lugar se alzase, de entre toda esa destrucción, una ciudad muy antigua y parecida a las griegas o, mejor aún, a las minoicas. Era imposible darle una edad o datarla a pesar de mis conocimientos de Historia de la Civilizaciones. Su belleza estaba ensombrecida por un resplandor enfermizo. todo tenía ese resplandor: edicifios, estatuas, puentes...

Era una ciudad fantasma no había vida, ni esqueletos que mostrasen que alguién vivió allí. Parecía salida de un abismo tenebroso, y por primera vez experimente el miedo. Era un terror que crecía a cada momento. Deseaba huir, despertar, pero no podía apartar la mirada. Entonces volví a ver a la jóven, junto a ella un ser de oscuridad impenetrable la guiaba. La dirigía a un templo por cuyas escaleras corrían regueros de sangre. La subió por unas escalinatas y la sentó en un trono desde el que todo se veía. El ser la obligaba a mirar al mar. Un mar que también se había vuelto rojo como la sangre y en el que miles de hombres, mujeres y niños flotaban pidiendo una ayuda que no llegaba.

Una barca fue bajada por las escaleras celectiales, si se pueden llamar así, y le fue enviada a la jóven.

A la par un ser alado como un hombre descendió desde los cielos y atacó a la sombra que aprisionaba a la jóven. Ella corrió a la playa y subió a la barca que se convirtió en un gran barco al deseo de ella de salvar a los que se ahogaban. Cuando llegó a los pies de la escalera después de dejar subri a los rescatados miró hacia tierra. REsonaba como un trueno. Los edificios se hundieron otra vez mientras los dos rivales luchaban. Los ojos de la joven se posaron en los míos mientras todo volvía a la normalidad.

La ciudad volvía a ser una ciudd normal.

De los contendientes sólo quedaban dos estrellas enfrentadas en el cielo.

Yo volví a mí. Me desperté en mi cama. Había dormido toda la noche. En mi escritorio había un folio. En el folio dibujados, estaban los ojos de una joven. Los ojos de la joven de mi visión. Ella existía. Estabamos unidos y tenía que buscarla...

"EL CEMENTERIO FANTASMA"

Según cuentan algunos viajeros, en Arzúa, villa por la que cruza el Camino de Santiago, al pasar por la plaza de España, actual plaza de Galicia, han notado un extraño frío y han sentido ojos invisibles vigilándoles; eso es algo que yo puedo creer con total facilidad. Ese enigma procede del pasado, del pasado de la plaza y del pasado de la iglesia, pero es algo que los habitantes actuales han olvidado. Algunos dicen que esa sensación es el alma de una antigua maldición, pero en realidad procede de un elemento olvidado de la villa y sus habitantes. Esa sensación es la herencia siniestra del elemento eliminado; es la marca arcana que dejó un cementerio, es el recuerdo de todo aquello que la gente ya ha olvidado.

En Arzúa, antes de alzarse la iglesia que hoy conocemos y la plaza lateral, había una iglesia más pequeña y un cementerio. El cementerio estaba en un lugar donde la magia era muy poderosa; y, un portal se abría entre esta dimensión del mundo y le más allá. Ese portal permaneció cerrado durante mucho tiempo hasta que algo abrió sus mágicas puertas, algo que aún hoy se desconoce.

La razón de la desaparición procede de un suceso del pasado; algo que todavía hoy puede volver a suceder en el medio de la noche, el ataque de los fantasmas. Al principio fueron tomados a broma. Más un día todo cambio. Fuese cuál fuese la razón, ni siquiera el párroco pudo hacer nada y la gente dejó de pasar por allí a partir del crepúsculo. Los aldeanos que vivían más cerca llegaron a oír extraños ruidos durante la noche e incluso en el atardecer, muchos decían que eran los muertos llamando a sus familiares. Lo cierto es que la tensión llego a tal nivel que cuando un día despareció una persona que estaba de paso cara a Santiago, se decidió cambiar el cementerio de sitio. Se construyo una nueva iglesia y el cementerio se llevó a su lugar actual. Así todo se calmaría. Al menos eso supusieron entonces.

Aquella noche muchos aldeanos se taparon en sus camas, cerraron puertas y ventanas, y rezaron. Pues un viento fuerte se oyó que parecía preceder a una tormenta. Algunos de los más valientes jóvenes de Arzúa salieron armados, por ver que sucedía, y nadie volvió a tener noticias de ellos.

Las fuerzas vivas de la villa estudiaron el tema. Con todo, nadie se atrevió a buscar a los desaparecidos; ni siquiera cuando el sol comenzó a alzarse. La culpa recayó en lo misterioso, en la Santa Compaña que aún hoy parecen recordar en algún bar de la localidad. Así pues, la villa de Arzúa se fue olvidando del tema.

Y durante años aún entre los árboles plantados en la ahora plaza. Se ven en las noches oscuras cuya luna se ve rojiza las lápidas de un fantasmal cementerio por el que sombras oscuras y terroríficas discurren. Sombras cuyos ojos acechan a los vivos para intentar atraparlos en su lugar mediante un hechizo de sangre, para liberarse y que el terror discurra otra vez por la villa.

Son esas las presencias que sienten aquellas personas de especial sensibilidad que por allí pasan en su devenir hacia Santiago o hacia Lugo, peregrinos y viajeros...

miércoles, 26 de enero de 2011

"EL VAMPIRO"

Asustado se despertó. Se incorporó en la cama. No conseguía librarse de la impresión de haber muerto.

"Tienes sed. Caza y bebe."

Ese pensamiento lo atormentaba; resultaba más aterrador cuando despertaba con los labios llenos de sangre y se volvía brutal al escuchar las noticias de sucesos en televisión.

Se obligó a alejar la idea de que era un vampiro, a desterrarla como posibilidad. No tenía tiempo para lamentaciones. Tenía que descubrir que le estaba pasando.

Tenía hombres que matar.

Caminó en silencio y se detuvo ante la ventana. Miró los tejados y las calles vacías que parecían llamarle. La luz de la luna aún se veía entre las nubes y sabía que el amanecer no lo iba a matar.

"No. No soy un monstruo."

En ese momento, desconcertado, vio pasar como un destello brillante a aquella joven. Por un momento, recordó algunas antiguas leyendas húngaras, rumanas y yugoslavas, leyendas que estuvo a punto de no aceptar hasta que la conoció. Le gustaba aquella joven, había algo en ella que le atraía.

Pero él no pudo descubrirlo hasta después de haberse enamorado de ella. Al principio se sintió intrigado. NO creía en vampiros. Nunca lo haría del todo. Y, sin embargo, a solas en su piso mirando por la ventana, por primera vez sintió miedo. Con todas sus fuerzas luchó con la fatal idea, se giró, caminó por el pasillo, y salió de casa con el fin de apaciguar sus enfurecidos nervios. Las sombras del miedo estaban en todas partes, le hacían arder la garganta y desear saciar esa sed que lo acuciaba. Volvía a notar ese olor dulce, atrayente, el olor de la sangre.

Al fondo del parque, un piso de un edificio cercano tenía la ventana abierta. El olor era allí más atractivo, más magnético para él.

Pero se alejó de allí.

No podía atacar a la mujer que vivía allí. Qué fácil sería olvidarse de su humanidad y dejar salir al monstruo que llevaba dentro. Avanzó por las calles. Entonces encontró a su víctima un joven que volvía de ir de marcha. Lo alcanzó cuando salí del coche. Lo sujetó con las dos manos, fuerte, sin parpadear. Usando y dotando el momento de un aire teatral. hizo que lo mirase a los ojos.

El rostro del joven mostró una extraña expresión. Desconcierto o consternación. Al mirar sus ojos los supo. Miedo.

Iba a ganarlo el frenesí salvaje. Justo cuando el joven iba a gritar, mordió su cuello de forma rápida y certera, ahogando el grito incipiente antes de nacer.

Sin embargo, no lo mató, tampoco lo convirtió, pues sólo bebió la sangre cuando el veneno iba a convertir al joven. Cuando terminó y dejó al joven en el coche , las marcas del cuello dejaron paso a un reguero rojo; la escena era horrible y llevó el coche al pantano. Lo aparcó al lado del cementerio y dejó un rastro de sangre hasta el muro.

Una pareja lo vio de refilón. Los persiguió. El chico cayó inconsciente. A la chica la dejó en trance. Sentó al chico la Volante haciéndolo que sus huellas quedasen en el vehículo. Después vació su cuerpo y se lo llevó de allí. Lo metió en un nicho vacío del cementerio y lo olvido.

Luego colocó a la chica en el asiento de atrás, desnuda. Y, mientras le chupaba parte de su sangre la hizo sentir un gran placer. Después desvistió al joven y lo colocó sobre ella. A ella le colocó la boca en torno a la herida del cuello del joven, y al joven en la herida del brazo de ella. Después se alejó de allí.

Pero algo había sucedido. Ninguno de ellos murió. Sobrevivieron y extrañamente, como si un vínculo los uniese se casaron. Siempre se preguntaron como habían sido encontrados así. Las únicas huellas en el vehículo, las suyas y las del novio desparecido de la joven.

Mientras, consciente de su destino. Aquel que hizo todo marcho de allí hacia el lejano norte, antes de cometer un desliz mayor.

No había duda. Él era un vampiro. Ya no podía negar su existencia.

"EL SECRETO DEL MAL"

Muchos han escrito acerca de los habitantes de la oscuridad y los demonios. Los seres infernales y los horrores de los abismos que muchos mantienen en el imaginario son conservados y resucitados con el fin de recordarnos que no sólo hay inmortales luminosos sino también sombras inmortales nacidas del terror y el misterio de los soñadores de todos los tiempos. Muchos han hablado de ellos pero ninguno ha osado detallar la naturaleza física de esos seres.

Y, aquello que lo han intentado o averiguado, han guardado un absoluto silencio. El silencio de los sabios, de los muertos o el silencio de los locos han mantenido después de curar su agotamiento por el horror vivido en su misterioso viaje.

Yo también inicié ese estudio, sobreviví a la locura, pero desde entonces mis noches son una lucha constante por cerrar la puerta que entonces abrí.

Cuando comencé la investigación, ni yo ni mi equipo pensamos en las consecuencias. El futuro era algo tan lejano como el pasado; investigar, bien mediante la ciencia o usando la magia, era todo lo que deseaba. Vivía inmerso en un delirio, en una caída hacia la más profunda oscuridad. Eso yo no lo sabía. Al final abría los ojos. Fue entonces cuando el miedo lentamente se impuso sobre mi conciencia. Era un temor desconocido mayor a ninguno antes imaginado. Era algo más espantoso.

Vi llegar nubes negras desde el lejano horizonte. El mar se oscureció como el resto de las aguas. La tierra se tornó de un color rojo sangre. Era como si un poderoso ente hubiese cambiado el mundo que me rodeaba.

Comencé a investigar ese mundo antinatural abierto a mis ojos. Entonces descubrí la demoníaca entidad, temible, opresiva, estremecedora. No podría describirla, y siento el deseo de olvidarla. La razón es que sé que muchos no admitirían que un ser como él camine entre nosotros.

Es un ser invencible, o lo parece. La locura se apodera de quienes lo han enfrentado. Una locura que siempre ha insinuado el terror de quién lo ha visto. Salvo por azar en mi caso. A mi me salvó ocultarme en aquellas ruinas olvidadas cuyas criptas descendían a abismos innombrables que prefería no investigar. Eran los restos de una época impía, y por eso ese demonio estaba libre allí.

Su horroroso aspecto a mis ojos, lo convertía en un alto y apuesto joven para las doncellas y las mujeres. Las conquistaba, poseía, y esperaba dejar encinta. El secreto el ser lo guardaba en antiguos textos grabados en su hogar. Así cuando aquel demonio se hallaba desprevenido los copié en una libreta de tapas de cuero. Y, huí.

As solas encontré el camino de retorno. Mi propósito de informas sobre aquel ser era firme. Pero mientras salía de aquel horrible lugar, observé la vagas formas de los descendientes de aquel ser con sus víctimas. Se agitaban como seres vivos, espiándome, siguiéndome, informando al tentador demonio que es su progenitor. Creo que su espíritu me había susurrado los consejos para llevar a cabo mi investigación, arrastrándome engañado a una traidora acción.

Volví a mi hogar, mi equipo ya no existía. Me debatí en vano contra la pena de tal perdida, tratando de mantener la calma. Estudié las extrañas palabras de los símbolos del hogar de aquel demonio. La cabeza me pesaba, descubrí la verdad, entre sueños, al recordar las antiguas tradiciones sobre demonios y las palabras allí escritas.

Las tradiciones dicen que ese demonio se alimenta de la energía vital de las mujeres que deja encinta salvo que nunca llegan a dar a luz, que se convierten ellas en sus descendientes y como él se alimentan de la energía vital de otros seres humanos.

Mientras transcribo este secreto descubierto, frenético por salvar mi propia vida veo el peligro que crece a cada instante, malignas y monstruosas, me acechan las emisarias de ese demonio, como si un siniestro destino me acosase odioso cuando se alza en los cielos la oscura bóveda de la noche. El secreto de este demonio debe transmitirse hasta que alguien sepa como acabar con él.

Él las ha hecho inmortales, reinas oscuras que acosan a los soñadores y soñadoras, les muestran una falsa y exótica belleza para ocultar su naturaleza. Son fantasmas demoniacos, entes sobrenaturales del placer que se alojan en las mentes de sus víctimas. La hacen adictas al placer, les roban su energía para como su creador formar su nuevo cuerpo.

Mis sufrimientos van a cesar. Antes voy a ocultarme con el texto, me emparedaré para que no me alcancen. ya tengo todo listo. Voy a entrar en lo que será mi tumba.

Cuando termine de tapiar el hueco, todo quedará a oscuras; y, moriré asfixiado. El peso de vencer a ese demonio recaerá sobre otro. Espero que lo que he escrito le sirva de algo. Pronto me veré libre, lejos de los deseos de ese ser siniestro, lejos de la persecución de sus descendientes, sombras del placer en las pesadillas. Mi cuerpo sólo exhala débiles sonidos, la vida ya se me escapa. Me inclino al flaquear mis fuerzas. Rezó una oración a Dios mientras escucho al demonio al otro lado de la pared que he levantado.

Grita mi nombre. Me busca por la habitación. Descubre la pared tapiada pero para entonces mi alma ya ha partido. No siente vida. Grita una maldición y se pierde en la oscuridad de la noche, vencido por la muerte de su rival, y seguido por su prole.

viernes, 21 de enero de 2011

"LA TUMBA DEL VAMPIRO"

Se despertó asustada. Había vuelto a ver al hombre de ojos oscuros. Incluso ahora en la tranquilidad de Santa Rosita, sentía su inquietante presencia. Esta vez el la había vuelto a hablar. "Sígueme. Verás donde estaba."

Se incorporó en la cama. No conseguía liberarse de la imagen de ese hombre. Salió de la cama y caminó en silencio hasta el baño. Se detuvo ante la luz diurna que penetraba por el ventanuco. Al final, entró.

Lentamente su cabeza se fue despejando mientras se lavaba la cara. Nunca había olvidado nada hasta que vio aquel hombre en el autobús, se dio cuenta que había hablado con él mientras volvía, desde la Avenida Venezuela, a donde vivía. Habían hablado, y entonces vio la sangre en la toalla. Miró su rostro. No tenía en el ninguna herida. Pero su rostro se puso blanco al ver unas marcas en su cuello.

Eran las siete de la mañana. De pronto sintió un intenso calor. Algo se movía a su alrededor pero también en el interior de su mente.

En un segundo sintió como si la besaran apasionadamente en el cuello. Su miedo se convirtió en placer, en un placer irreal como si fuese soñado. Sus rodillas se doblaron, no sabía como, pero volvía a estar en la cama retorciéndose de placer hasta quedar exhausta.

Abrió los ojos y allí estaba aquel hombre.

- "Este atardecer.¡Sígueme!"

Luego se desmayó.

Cinco minutos después se vio completamente vestida con un bello pañuelo malva la cuello. Pensó que se había mareado mientras se calzaba y perdido la consciencia.

Paso el día entre el trabajo y algunas compras. Al final, cuando ya caía la tarde cogió el autobús para volver a casa. Entonces cuando el autobús pasaba por el Cerro Agustino, volvió a ver a aquel hombre, de pie, junto a la entrada de un cementerio. Fue una visión rápida, pero supo que debía volver allí. Llegó finalmente a su parada y bajo como otras veces. Sin embargo, esta vez se dirigió hasta aquel cementerio.

Era un anochecer hermoso. Lo vio de lejos en la puerta del cementerio. La esperaba. Llegó al cementerio. Abrió la puerta y entró. Pronto lo vio a lo lejos en uno de los senderos que corría entre las tumbas. Al final vio una tumba que la atraía. Era una extraña fascinación la que sentía por ella. Siguió caminando hasta que llego delante de la tumba.

Observó sus formas hasta llegar a la lápida sólidamente encajada en la tierra. Un artista había hecho una lápida increíble pero a la vez terrorífica. La parte inferior tenía tallas del infierno, demonios y almas en pena, pero en la parte superior había un ángel esculpido. Un ángel terrible que custodiaba esa tumba.

Ella leyó: "Aquí reposa..." y un nombre que la aterrorizó, "Daelyaal Daimon".

El hombre apareció a su lado mirando la tumba. La miró con sus ojos oscuros. En aquel momento, sin pensárselo demasiado, trato de tocarlo. Él evitó su contacto, pero señaló el ángel. Alrededor del cuello de este había un colgante con su cadena. La piedra era de pizarra negra y en ella aparecían gravadas unas extrañas marcas.

De alguna forma que no comprendía aquel hombre la obligaba a cogerlo, a ponérselo en torno a su propio cuello.

-" Mi fuerza es tu fuerza ahora. Mi alimento, tu alimento. Nunca pongas el colgante bajo una luna llena roja. Recuerdáselo a tus hijas, pues ellas deberán llevarlo como ahora tú."

El hombre sonrió. Al hacerlo vio claramente sus dientes. Instintivamente retrocedió. Era un vampiro. Este se despidió, y se acostó en su tumba para no alzarse nunca más. Su destino se había cumplido.

La joven volvió a si casa. No fue consciente de las palabras del vampiro hasta que despertó a la mañana siguiente. Un sabor a sal y metal, quizá hierro, tenía en su boca. Se miró al espejo. Sus labios estaban manchados de una sustancia oscura.

Era sangre.

Entonces comprendió las palabras del vampiro aunque se extrañaba de que la luz del día no le hiciese daño alguno.

Tocó el colgante. Pediría unos días libres en el trabajo. Necesitaba saber que estaba ocurriendo...

jueves, 20 de enero de 2011

"MISTERIO SIN RESOLVER, O EL FANTASMA DEL DETECTIVE"

Es posible que nunca se sepa de forma definitiva que sucedió aquella noche del 24 a l25 de marzo de 1997. Sólo se sabe que Rubén Barreiro había sido asesinado en circunstancias extrañas e inexplicables que habían despertado el interés de todo Benidorm y sumido en la preocupación a dos gremios muy distintos, los informáticos y los taxistas. Sin embargo, cuando se debe estudiar un crimen se deben estudiar los estrechos y tortuosos laberintos que son las mentes criminales para buscar la verdadera razón.

El joven Rubén era un informático que hacía servicios temporales nocturnos como taxista. Él deseaba costearse todas sus necesidades. No hacia servicios en zonas de riesgo, no frecuentaba lugares peligrosos, su circulo de amigos era ajeno a cualquier actividad delictiva, no tenía enemigos. Le gustaba la astronomía y la naturaleza, a los veinte años había trabajado en el campo de Alfaz del Pí haciendo un estudio de aves nocturnas. Su vida era rutinaria y era una persona de costumbres. Sin embargo, hayo la muerte en la madrugada del 25 de marzo de 1997.

El joven apareció en el taxi. Dos puñaladas traspasaban su cuerpo, pero el arma no apareció. Y, a pesar del vigilante de un camping próximo, el agresor huyó. La descripción del mismo era vaga como una sombra.

Los agentes de la ley investigaron el crimen desde varios ángulos distintos pero las circunstancias que lo rodeaban hacían que todo fuese más complicado. no se advertía señal alguna del agresor. Parecía como si se hubiese desvanecido en le aire. ¿Cuáles fueron las circunstancias que desencadenaron esa muerte?. Nadie lo sabía con certeza.

Las pruebas indicaban que inicialmente el móvil podría haber sido el robo. A menudo eso sucedía. De hecho, los taxistas se manifestaron también en este caso pidiendo más seguridad. Sin embargo, el dinero permanecía en su sitio. Se supuso que el vigilante había actuado antes de que el criminal lo cogiese.

El caso comenzaba a hacer aguas, cuando un hombre apareció en escena como salido de la nada. Era un detective privado que se presentó con extrañas razones para ese crimen.

Todo comenzó, según él, en octubre de 1992, cinco años atrás. Entonces una joven había desaparecido de una clínica. Tres personas fueron entonces acusadas de su desaparición, el doctor Sanchez; Laura García, ATS; y, la joven auxiliar de enfermería, Cristina González. Se estudiaron planos, se sacaron fotos, se encontraron ropas y objetos de la joven. Sin embargo, la chica nunca apareció.

Los agentes escuchaban la posible explicación del detective privado con interés.

- ¿Dónde está el nexo?- preguntaron.
- La explicación es sencilla. El joven estaba estudiando la fauna nocturna, en concreto aves, por lo que posiblemente usase prismáticos o algún aparato similar. La noche era clara a pesar de ser otoño. Y, existe la posibilidad de que viese lo que realmente sucedió a la joven desaparecida.
- ¿Por qué no lo denunció?
- ¡Ah! Seguramente fue amenazado o por el criminal o por los responsables de la clínica. De lo contrario habría acudido a la policía o la guardia civil.

Cuando comprobaron esos hechos descubrieron que el joven había hablado con el doctor Sanchez. Este no podía tolerar que la clínica se viese implicada más en esa desaparición, y le pagó una suma de dinero.

La conclusión fue que el asesino del joven había descubierto por esa razón que Rubén Barreiro había visto lo sucedido allí. Debía ser eliminado. ¿Qué había sucedido aquella noche de octubre de 1992?

El detective miró sus papeles.

En teoría según las declaraciones la joven solicitó a la enfermera permiso para ir al baño. Momento que aprovechó, aún sedada, y sin gafas o lentillas, para huir perdiéndose en la noche. Huída que tuvo lugar a las 2 de la madrugada, pero de la que no se dio cuenta ni a la familia ni a autoridades hasta ocho o nueve horas después.

Es tardanza sólo podía significar tres cosas: la primera, que la joven hubiese muerto por una negligencia médica; la segunda, que la hubiesen encontrado muerta; y, la tercera, que alguien ajeno se la hubiese llevado de allí. En cualquier caso ella no había hecho la proeza que contaba la enfermera. Además, médicamente era imposible debido a que estaba fuertemente sedada.

Esos datos y la actual muerte de este joven dieron como resultado una conclusión sorprendente en la mente del detective: una banda organizada dedicada o a la trata de mujeres o a la de órganos. En cualquiera de los casos en ello radicaba a solución de este segundo crimen.

Es cierto que las circunstancias que han rodeado ambos casos no han permitido llegar a la captura de los criminales, pero los dos casos destacaban por el nexo existente, Alfaz del Pí.

El rostro serio de los policías se tornaron más serios. No habían considerado esas posibilidades que aquel hombre les mostraba, al menos, no seriamente.

El detective desapareció como un fantasma, como si nunca hubiese estado allí, en las calles de Benidorm.

A la mañana siguiente recibieron en la comisaria más cercana y en el cuartel de la guardia civil más próximo unos dossieres del detective, dossieres con los mismos datos que había mostrado y un breve relato de como según él había sucedido todo.

Las investigaciones siguieron como también se investigó quién era ese detective que allí había acudido.

Estaba todo envuelto en el misterio más profundo.

Por eso, aún hoy, ambos casos están todavía sin resolver.

lunes, 3 de enero de 2011

"ELLA"

" La hija de España es quien ocupa su puesto fatal en la ciudad de los reyes. El tiempo se valió de su amor para guiarla con seductores juegos. Por su valor, su ardor guerrero amenaza el deseo de la pasión. Sus labios hablan de besos al amante fiel que los gane con su valentía.

En ella vislumbro el temor de que el amor vuelve en el delirio de un sueño, se vuelve una ilusión. La majestad de su oculta belleza angélica no deja de admirar al más cínico de los hombres o a las mujeres de otros climas pues posee un alma fuerte.

Capaz de inspirar seductores cantos de amor, alabanzas de pasiones desatadas. Se descubre perseguida por el vicio corruptor de la bulliciosa sangre de su joven corazón. Así, como huidiza Venus, ocultas tu presencia en la ciudad susurrante y misteriosa consagrada al fuego divino.

Sólo el monacal incienso la salvará, en su ascenso a la bóveda celeste, el amor y la oración compartiran su guerra; en ella rompe las lanzas del deseo que la hostigan, derriba con su luz al oscuro caballero, su furia enrojece la puesta del sol.

Tres veces sonará para ella la llamada; es su señal. Hará que el excitado ente se lance salvaje contra su enemigo, imprudente pero huidizo.

Ella lo dejará vencido, jadeante, inmóvil, muerto sobre el campo del placer. Su corazón sentirá deleite con su venganza, viendo sin conmoverse el dolor de su deseo. Acabará con el oscuro reinado de su enemigo para abrir sus alas cubriendo las fuentes del placer de los amantes. Más para muchos el delirio de su pasión ha acabado con la calma del olvido; y el vicio lujurioso, ha cavado por si mismo su perdición entre sus curvas.

Y, ella, triste víctima del deseo, al no ver más que tinieblas en una vida aborrecida, seguirá huyendo en pos de su destino como si frente hiciese a la maldición de Lilith.

Su sonrisa oculta el secreto infortunio que envenena su juventud. No es un secreto de amor, ni de odio, sino del deseo de huir lejos de todo lo que creía que la dañaba.

No era una joven feliz, pero era tan hermosa que su verdadera naturaleza no se desveló hasta que el deseo acarició su alma. Jamás había sentido un fuego pasional tan intenso. Estaba cansada. Cansada de todo el placer que sentía. Pese a todo, ahora era libre.

Allí, junto a una ventana, se despidió. Era como si su propio espíritu se hubiese esfumado con el símbolo de su seguridad. Sentía la impresión de hallarse separada del mundo. Pero era su propia vida la que con sus tempestades y miedos devoraba febrilmente su existencia. La hacía sentirse entre el cielo infinito y un mar inmenso erizado de grandes y coléricas olas.

Al final fue encontrada. Ella paso ante mí mientras se dirigía hacia el avión. Antes de llegar a las escaleras se giró. Dijo adiós con la mano. Dejo caer una rosa roja.

Luego la vi entrar en el avión. Su silueta se perdió al otro lado de la puerta. Todo había terminado para siempre... Volvía a su hogar."

"EL CAMINO"

" Nunca se paró a pensarlo y al hacerlo ahora, mientras viajaba, una sensación de pena y angustia casi le asfixiaba. Su vida en otro tiempo brillante se había vuelto tétrica y desolada. Para él vivir era ir muriendo día a día, poquito a poco, de forma inexorable.

Tal fue el pensamiento que tenía, mientras recorría los montes, siguiendo el camino, en solitaria meditación. La belleza de los paisajes le encantó, pero la cobardía de los hombres, sumidos en las comodidades, pensando en la huida, extrañándose del atrevimiento de algunos al desafiar las largas distancias del camino. Un camino hacia un destino que no conocerá jamás la suavidad y la vida sino la inquietud.

De este modo llegó un momento en que el viajero concentro toda su fuerza en seguir adelante, confiando en los divinos designios.

Tenía un serio problema, ponerse en camino sin demora. Salir disparado paso a paso, como una hoja arrastrada por el viento. Aún le acechaba el terror al recordar el ruido de la puerta de su casa como si cayese bajo las embestidas de una tormenta. Enfermo, sin fiebre, ni caliente ni frío, con los ojos perdidos en un lejano punto, el viajero prosigue su camino.

A solas continuó un camino sin fin, ya que hasta ahora nadie lo había iniciado como él. Sorprendiendo así a su enemigo, salvando así su alma del oscuro camino que antes había seguido. Su cerebro estaba cansado por la fatiga y los recuerdos, no había dormido en días, porque los tormentos de sus hechos pasados lo acosaban.

Su conversión se produciría lenta e imperceptiblemente. Llegarían a desaparecer del mundo todos, absolutamente todos los que lo habían conocido, pero él seguiría viajando. Siguiendo un camino que lo alejaba de la muerte. Un camino tan misterioso y terrible como la muerte misma. Mientras él sería eterno peregrino en busca de la luz.

Con el alba abandonó la idea de morir. No sentía hambre, como si todo él dejase de sentir esa necesidad. parecía que ya se acercaba a su destino, más allá del valle donde las montañas oscurecían su aspecto, bajo un cielo plomizo. Entes perversos seguían enredándole y retrasando su camino.

Inclinado sobre su cayado, reconocía todo lo que alcanzaba la vista. Una aureola brillante lo envolvió, palideciendo la luz de la luna. Lejos resonaron los lamentos lúgubres de los demonios de su pasado. Repetido de roca en roca, el sonido del destino se acercaba a él como antes millares de guerreros, aventureros, héroes. La parca planeó a su alrededor alzando fétidos vapores de un campo de batalla que se cruza en su camino.

Ahí se pudrirán los cuerpos de las víctimas de la ambición, la gloria del poder sobre oros hombres. Por su parte, no siente ese deseo ahora en su corazón y sí la culpa por su pasado. Entonces, los cadáveres sembrados en torno al camino desaparecen como en un sueño.

Las nubes se estaban acumulando en oscuros grupos, en aquellos instantes, que proyectaban sus sombras sobre el camino. El viajero mira a su alrededor: nadie. Pero lento, inexorablemente, arrastrándose sobre su conciencia, llego un temor para hacerle continuar el camino. no era temor a la muerte, sino a algo sin nombre, algo espantoso y aborrecible.

Inmediatamente se percató de la verdad. Algo había hecho que siguiese aquel camino, como perseguido por un ente perverso.

El camino lo llevaba al límite. Entonces un simple sonido alteró su destino y destruyó su alma, para reconstruirla como algo puro y nuevo.

Llegó al final, ya no podía continuar. Apareció entonces un hombre que parecía un santo. El hombre oteó las proximidades, sonrió al viajero, lo montó en su caballo, y le dijo en un susurro:

- Buen camino, hijo; te llevaré al final del mismo.

Luego los dos desparecieron en un punto lejano del camino, uno en el caballo, agotado, el recién llegado apoyándose en un cayado, a pasos muy lentos."

"MORS"

"Escribo ahora mis últimas palabras, en lo alto de la cima escarpada donde se levanta el edificio en el que vivo, donde cuando la noche caiga mi existencia tocará a su fin. Durante años he contemplado desde él de forma altanera las generaciones de hombres castigados por el tiempo, las enfermedades, las guerras, los odios, los rencores, las envidias. Era esa una droga que no me costaba un céntimo, que me hacía soportable la vida. Hasta que un día se acabo.

No fue algo que sucediese de la noche a la mañana sino que con el paso del tiempo, las personas fueron dejando de pasar cerca del edificio que habito, hasta que un día dejo de pasar la última de aquellas personas descendientes más o menos modestos de los antiguos habitantes del lugar.

Fue en la abierta desolación de la falta de gente que observar con el respeto y consideración debida, que me he visto posibilitado para salir al exterior. Salir de las lóbregas habitaciones de mi domicilio, donde han pasado muchos años de mi atormentada, salvaje y sombría vida, fue algo extraño.

Esa salida tuvo lugar en la oscuridad de la noche. Jamás podré exponer los detalles de aquella primera incursión, ya que mi recorrido, problemático y lleno de misterio, fue una visión ininterrumpida de porqué había dejado de ver pasar a otras personas. Haber hojeado los viejos libros que llenaban la biblioteca de mi familia, colmada de volúmenes sombríos y crepusculares. Fue quizá lo que hizo que mi mente reconociese lo que sucedía.

El mundo se había convertido en una oscura y negra ciénaga. Era un paisaje putrefacto, siniestro, que a cualquier hombre helaría el corazón. Todo se había convertido en un gran cementerio húmedo repleto de cuerpos inertes, muertos, de toda clase de seres vivos, incluso hombres. No había nada hasta donde podía ver, oír o sentir salvo la absoluta quietud de la muerte y el miedo que traspasaba mi corazón.

Volví a mi hogar. Retornando sobre mis pasos a la luz crepuscular que me rodeaba llegué a las proximidades de mi casa. El temor me alcanzó entonces. Eché a correr y logré alcanzar no sin dificultad la puerta de mi casa. Cerré la puerta detrás de mi con llave. Luego marché a mis habitaciones. Ascendí por la escalera, a través de los muchos peldaños y llegué a mis habitaciones cerrando la puerta exterior y después la interior. El horror causado en mi mente por lo visto y sentido me descubrió como un hombre abandonado en los campos del apocalipsis.

El sol brillaba en el cielo a través de un negro manto de nubes, como si un oscuro mal quisiese ocultar su rostro a la luz del astro rey. Mientras miraba por la ventana hacia la tierra que rodeaba mi hogar, comprendí que la actual situación en gran parte había sido el hombre quién la había causado. No se escuchaba ningún sonido procedente del exterior, tampoco el sonido del viento que alejase el olor a putrefacta ciénaga que envolvía el territorio. Volví a salir al exterior, con valentía renovada.

Mi atención se vio prendida por un edificio antiguo, religioso, posiblemente la iglesia de la localidad a la que hacia mucho que no acudía. Decidí acercarme hasta allí mientras el sol vertía sus rayos sobre el mundo sombrío. Entonces, cuando llegaba la la puerta, lo vi.

En la vieja entrada de la iglesia, bajo su marco románico, había una figura humana. Era un hombre vestido con unos ropajes religiosos medievales. Su tez era blanca como el hielo o como la tez cenicienta de los muertos; sus manos parecían garras de largas uñas; su barbado rostro estaba cubierto de llagas hasta donde la capucha que cubría su cabeza permitía ver; y, el brillo de sus ojos, clavados en mí, parecían inhumanas ventanas al infierno.

Aturdido y espantado ante su aparición. Permanecí como una estatua hasta que lo escuche hablar con sonidos pausados y susurrantes en un arcaico latín. Entonces el pánico me hizo enloquecer y huí. Lo veía de lejos perseguirme y con él estalló una tormenta cuyos truenos al retumbar casi me hacían caer.

Un grito de maldad inmensa se dejo oír imponente al ver que no me daba alcanzado. Aquello fue demasiado para mi y al llegar a mi casa caí desmayado a las puertas de mi habitación.

Cuando por fin comencé a recobrar mis sentidos percibí oscuridad a mi alrededor y, recordando mi apocalíptica visión, temblé ante la idea de haber perdido la vida; pero la vista volvió a mis ojos abriéndolos a la luz del mundo. Me hallaba en un hospital de Edimburgo, llevado allí por una ambulancia tras el aviso de mi única vecina, al escuchar gritos en mi piso, a la policía. Había sufrido un colapso nervioso y la fiebre me había hecho delirar, más ni médicos ni enfermeras hicieron caso a mis palabras, sólo la vecina creyó en mis palabras y abandonó el edificio creyéndolo maldito. Me recuperé en parte, volví a mi hogar. Ahora sólo vivo yo en el edificio. La gente me rehuye.

Lo peor es al caer la noche. Es entonces cuando lo veo acercarse poco a poco, cada vez más cerca. Los médicos me han recetado calmantes y encargado un reposo absoluto. A veces he pensado que todo fue un mal sueño, pero entonces vuelve a aparecer su imagen como respuesta.

Ahora ya ha llegado a la puerta de mi edificio. Se aproxima mi fin. He ocultado el texto con mi historia en un lugar seguro para que él no lo encuentre y lo destruya. Escucho como llama a la puerta exterior de mi piso. Me escondo como un niño bajo la cama. Sacó el móvil para llamar a la policía. Ahora la puerta de mi habitación se abre como por arte de magia. Ya suena el teléfono en la comisaria. Dios, ¡Tiene un puñal!¡Me ha alcanzado dos veces! Estoy herido, pero no muerto... Alcanza mi cuello con sus horribles manos. Aprieta. Me deja sin aire. Es el fin. La policía verá en mi casa un nuevo crimen. Un crimen que quedará sin resolver."

"EL ARTISTA DE TELEVISIÓN"

"La audiencia de televisión en los últimos años había perdido la moral. Antes era un negocio perfecto organizar programas llenos de morbo, pero ahora todo era morbo siendo del todo imposible competir.

El conocía perfectamente ese morbo. Por afán profesional había organizado su vida que siempre estaba en cierta manera trabajando. Sus necesidades eran satisfechas por otros empleados, su vida era gravada y vigilada en todo momento. Recordaba los tiempos en los que los televidentes pasaban jornadas enteras frente al televisor interesándose por gente como él.

Esta forma de vida no le planteaba ningún problema. Había firmado un contrato y en su vida sólo resultaba un poco molesto en los momentos íntimos y personales.

Sin embargo, los productores dejaron de entender ese tipo de televisión. Algunos veían ese tipo de programación zafia y grosera; pero durante algún tiempo el artista pensó que seguiría ofreciéndose, que no renunciarían a su trabajo.

Al final fijaron en un mes la duración máxima para acabar el programa, pues la cuota de audiencia no se superaba ni siquiera en las grandes ciudades. Su destino fue echado.

El estudio fue cerrado, y el seguía allí. En el horario en el que él antes había salido colocaron otro tipo de programación. Una programación más libre y atractiva para el espectador que el morbo que hasta ese momento habían visto. Una programación que volvía a apretujar a los espectadores frente al televisor.

El artista de televisión fue olvidado. Relegado a un rincón oscuro de la memoria televisiva como otros fueron antes que él.

Y, así, tal y como le sucedió a otros, lo olvidaron a él, él fue olvidándose de todo. Durante un tiempo le quedó su nombre. Más como ya nadie lo llamaba por él también lo fue olvidando por su parte. Hasta que quedó también si nombre.

De esta forma, del artista de televisión, sólo quedó el Olvido más profundo..."

"EL ABOGADO"

"Juan López era un hombre cuya confianza y realismo lo podrían haber alzado a un puesto mejor. Sin embargo, el deseo de abarcar más conocimientos en toda clase de temas hizo que sus amigos lo considerasen un erudito, más sus estudios lo destinaron a dos mundos el de las leyes y el de la videncia. Así, el abogado se convirtió también en vidente y dio ayuda a quienes lo necesitaron, proporcionando de esta manera el material suficiente para el misterio del mito, pues fue en secreto como desarrollo su labro como vidente.

Hasta el peor de los videntes se expone a ser descubierto, y esto fue lo que sucedió a Juan López. A medida que profundizaba en los misterios del esoterismo, más impresionado quedaba con los resultados que obtenía sobre sus clientes como abogado sobre todo por la importancia del material que salía a la luz en muchos de los casos. La impresión que le causo fue tal que rompió los lazos con amigos y con su novia. Se fue de la ciudad de Málaga, y se asentó en Madrid. Allí creo una sólida base de operaciones para sus investigaciones, comenzó a recoger materiales de periódicos, sumarios, instrucciones policiales. Le preparación de su intento de desvelar casos sin resolver le obligó a realizar visitas a testigos o familiares, y fue precisamente después de la última de ellas, cuando sentado en una silla de una de las bibliotecas públicas de Madrid se vio atrapado en el circulo de uno de esos casos viviendo una extraña e interesante aventura.

Los taxis habían sido más lentos de lo habitual y cruzar las calles principales de Madrid un viaje épico pues estaban atestadas de gente esperando a los jugadores de la Selección Española, ganadores de la Copa del Mundo, de modo que se vio obligado a caminar nervioso y con prisa. Cuando llegó a su piso, en la calle General Pardiñas casi al lado de nuestra Sra. del Pilar, se acostó en la cama con intención de descansar unos instantes, pero al ver que era incapaz de descansar, resolvió a pesar de la gente ir a la biblioteca más cercana, allí leería sobre algunos casos que le interesaban como abogado y trataría de calmarse para después volver a su domicilio. Con espíritu decidido, se volvió a vestir, salió a la calle bajo el atormentado cielo, y emprendió al camino a la biblioteca más cercana. En el familiar terreno de su interior se dirigió presto a su zona predilecta para revisar sus investigaciones.

Sentado en su lugar habitual, concentrado en sus papeles, su cuerpo y mente se relajaron. Tenía ya toda la información que necesitaba, sólo hacia falta organizarla para presentarla y que reabriesen ese caso. Pero pronto el cansancio lo venció y quedo dormido. Nada consiguió despertarle, ni las palabras avisando del cierre de la biblioteca, ni el sonido de las puertas al cerrarse. Su sueño era profundo.

La tarde dejó paso a la noche, el ruido de la mundialista fiesta todavía se mantenía en las calles aunque iba disminuyendo, alejándose en parte de allí. En el interior de la biblioteca sonaron las campanadas de un antiguo reloj de péndulo. era la madrugada, las tres o cuatro de la mañana. Fue en ese momento cuando algo, un sonido, alertó a su conciencia y abrió los ojos. Se sorprendió al ver que no estaba en su casa. Recogió sus cosas en el maletín a la luz que entraba por las ventanas mezcla de las luces de la calle y la gran luna llena que suponía en los cielos, ¿o no? Miró su reloj. Vio la fecha. Era luna nueva. No había luna visible en los cielos. Sus ojos ahora acostumbrados a la penumbra siguieron las baldas repletas de hileras de libros colocados en estanterías barnizadas.

En un momento el silencio se hizo absoluto. Parecía que ningún ruido era capaz de llegar allí. Sintió el temor y la atracción que sentían los personajes de la novelas cuando va a suceder algo. Nervioso se quedo inmóvil. Una velada luz impropia de la linternas de los vigilantes se acercaba allí. Su guía no hacía ningún ruido. Parecía flotar en el aire. Juan vio el rostro de una hermosa mujer, pero su cuerpo permanecía oculto en sombras, y la luz le incidía sobre aquel rostro dándole una expresión extraña. Juan López se ocultó más en las sombras. No había posibilidad de huida. El brillo de los ojos y la piel, la fría sonrisa de sus labios mostraba que no se trataba de una mujer viva. La observó interesado suponiendo que buscaba algo allí, algún motivo siniestro.

Siguió con la mirada sus movimientos. Viendo como se dirigía con rapidez a una de las estanterías. Entonces cogió un libro de ella, lo depositó sobre la mesa cercana. Colocó la lámpara cerca y escribió allí algo.

Seguidamente, con voz quebrada leyó aquello que había escrito. Durante unos instantes guardó silencio. Juan había sido descubierto. La mujer, una mujer de aspecto joven, se giró. De pronto ambos estuvieron cara a cara observándose.

- Me has visto -dijo ella-. Tienes suerte de que no sea otro de mi pueblo. Si no ahora estarías muerto.
- Disculpeme si la he molestado. Me he dormido y...
- No se preocupe. Creo que la presencia de ambos aquí ha sido necesaria. Todo lo que le pido es que mañana le entregue a la policía el libro que ha visto. Es mi diario y en el aparece el nombre de quién e ha dado muerte. Ahora vuelve a dormir... y ¡recuérdame!

A la mañana siguiente despertó en su dormitorio. Durante un instante se sintió descolocado. Después el sonido del timbre de su puerta lo hizo levantarse. Dos policías estaban a su puerta. Se había cometido un crimen en el piso vecino. Le mostraron una foto de la joven. Era la mujer del sueño. Le preguntaron si la conocía. Respondió que la había visto en la biblioteca cercana dejando un libro, un diario.

Llevaron a la biblioteca al abogado. Le solicitaron más datos. Él les dijo que hablaría en el juicio, y que lo que había hablado con ella era secreto abogado cliente. Varios días después en la sección de sucesos de "EL Mundo" apareció una noticia. La noticia decía.

'ABOGADO DESVELA EL MISTERIO DE UN ASESINATO. Ayer fuimos informados por la policía que el abogado Juan López entregó la prueba necesaria para encontrar el resto de las pruebas precisas para detener a Ignacio González por el asesinato de Verónica G. La joven cuyo cuerpo apareció en el piso vecino al del abogado, del que era cliente, fue encontrada acostada en la cama, con dos heridas punzantes en el cuello pero sin señales de lucha. La autopsia demostró que la joven había sido drogada para después sacarle la sangre del su cuerpo. El criminal quiso ocultar su crimen bajo el manto del vampirismo.' "

"RENACER-LA VUELTA DEL MÁS ALLÁ"

"La tierra ha desaparecido, el espíritu vuela; los demonios del averno le atormentan en su viaje por lugares nunca vistos por ojos humanos. No sabe cuanto tiempo ha pasado, quizá días; cuando llega el último instante y se va a rendir la vista de una luz pone gozo en su etéreo corazón. El camino aparece marcado para él; reconoce la plateada senda que se arrastra por los mares de oscuridad que le rodean guiándolo hacia su vida, se ve acostado en una cama, en un hospital.

Su cuerpo aparece ante él sobre un blanco lecho. Sus heridas han sido curadas por médicos, más para volver ha sellado una alianza con los ángeles o quizá con demonios, no lo puede recordar. Sabe que le han dado poder para prevenir sucesos, verlos y evitar que tengan lugar.

Pero al volver a su cuerpo, que espera en aquella cama, se siente penetrado de dolor, un dolor que aflije su corazón, y permite que sea consciente del estado de su cuerpo. Las enfermeras y médicos se le presentan como seres repelentes, víctimas de una plaga oculta bajo sus limpios vestidos.

Él sintió que había venido para contribuir a embellecer y variar los destinos del mundo. Así, mientras su cuerpo reposaba en la cama de sus dolores; su alma se expuso a las enseñanzas recibidas en su pasado. Volvió a los valles y bosquecillos de sus recuerdos, a los tiempos de su niñez, en esta tierra en la que las leyes no protegen la vida del hombre.

Allí en el hospital iniciaría su camino despiadado derramando la sangre de los que lo cuidaron, convirtiéndolos en víctimas crucificadas, frágiles monumentos de mortífera rabia formada por el deseo destruido de dejar este mundo.

Luego con religiosa calma se convirtió en el ángel vengador que da a los impíos su castigo; los encierra en la oscura cueva; esperando con sus acciones merecer el cielo, pues en esta tierra ya vive en un infierno."

"LA CONFESIÓN" (CONFESSION)

"Al otro lado de la ventana de mi oficina, el sol refulge con total esplendor. Es, entonces, al mirar al otro lado del cristal que veo mi destino. He recorrido los caminos oscuros, sin reparar jamás en sus engaños. He suspirado por hermosas mujeres aunque únicamente he amado a una sola, y aquella a la que siempre he amado no podrá ser mía nunca. Nunca será mía. La arrojé a los negros y espantosos lugares donde los espíritus maldicen y gimotean, donde los árboles se tornan brazos ensangrentados alzados al cielo y se susurran palabras sobre el destino de los hombres.

Sin embargo, aun la siento pasear por los senderos, y las marcas de sus pies todavía se ven en la tierra húmeda que hay en los senderos que corren por el mundo a la vista de mi ventana.

La alejé fuera del minúsculo circulo de sus amistades ara poseerla, para que se entregase a mí.

Pese a todo, ella ha seguido adelante, luchando. Manteniendo correspondencia con los pocos amigos que aun viven en el mundo de los vivos, gente que le da esperanza de volver a ser libre entre ellos.

Podría decirse que su defensa es todo lo eficaz que sería de desear. De alguna forma que no alcanzo a comprender, está bastante lejos de mi influencia, sin embargo, ella siente mis anhelos.

Yo que soy capaz de desatar los deseos de la pasión veo como ella se dedica a afilar la espada del placer, aguzar las flechas del deseo y encender el fuego que he intentado apagar.

Mi corazón carcomido por el deseo insatisfecho, la hizo descender hasta el imperio de las sombras. La hice abandonar su patria para visitar los climas al oeste del mar. Saciado de placeres, he suspirado por hacerla errar a solas, embarcada en un triste delirio.

Es por eso que justo cuando alumbran las estrellas de Escorpio me alzó ante ella en los sueños, justo antes del alba reluce furiosa su pasión por mí. Pasión odiosa como amor malsano de demonio exultante que pugna por entrar en nuestro mundo.

Sí, ahora lo veo claro. Mi destino es la negra bóveda y el oscuro abismo donde será el total olvido, salvo que alguien encuentre mi mensaje. Si, mi mensaje es un libro que atrae sobre todo a las mujeres dotadas, interesadas por lo nebuloso, misterioso, mágico. Sin embargo, es un libro de tentaciones. Un libro que con sus palabras me permite apoderarme de ellos, y también de ellas. Cuando los toco sus espíritus se hacen a un lado y me ceden los cuerpos, los comparten conmigo. Mientras no destruyan el libro viviré de su miedo. Su miedo me permitirá dominar sus corazones siempre, encender sus deseos.

Por ello al condenarla a servir a vergonzosos excesos me he obligado a buscar asiló en lugares remotos.

A veces soy capaz de verla a ella caminando por las calles de la ciudad, no sabe que estoy cerca. Y quienes nos rodean ignoran el secreto oscuro que nos une, tal vez no intenten conocerlo, porque nuestras almas abiertas por el dolor no confían nuestros pesares. Siempre tendremos penas que no se pueden olvidar; y, a ella sólo el consuelo y el consejo de un amigo la podrán salvar.

La amé, la he querido, a pesar de llamar a las puertas de su corazón y entregarla a placenteros deseos. Me he convertido en un parásito de su alma y ella en mi veleidosa concubina. Será para mi la madre que no olvidaré cuando ella conozca lo que es amar.

Sé que llegado el momento aunque le grite al oído ella no hará caso de mis llamadas. Allí estará su cuerpo intacto, pero su alma se habrá evadido lejos de mi alcance.

Esa es la razón de mi horizonte nuevo. Un horizonte que ya adquiere color, un color oscuro. En el me veo proyectado fuera de mis deseos. Vencido. Sea como sea ahora sé que nunca podré olvidar sus ojos grises de mirada profunda, insondable.

Ella despertó otra vez mi oscuridad... Una oscuridad perversa... Una oscuridad que deseaba olvidar. Renunciaré a ella, abandonaré este dimensión como ser oscuro.

Lo que voy a hacer se trata de algo más profundo, y también más terrible. Lo único que me consuela es que ocurra lo que ocurra, no volveré a usar ese poder sobre nadie.

Ahora desde las sombras lo veo con una claridad extraordinaria, mi poder será para ella. La convertí en mi esclava en cuerpo y alma, y fue su lucha la que me ha hecho tomar esta decisión.

Sólo seré libre cundo mi alma vuelva a tener un cuerpo propio. Sólo entonces podré dominar mi alma. En ese momento mis fuerzas se extinguirán, mi influencia sobre ella desaparecerá. Me sentiré al fin libre de esos poderes que tanto he usado.

Vuelvo a mirar por la ventana. La niebla de la mañana comienza a desaparecer empujada por el aire y el viento. Los amplios campos verdes que se extienden a los alrededores de mi domicilio, desde los mágicos bosques hasta las cuidadas huertas, permaneces sumidos en la calma. Se ve todo tan sereno que parece como si el mundo se preparase para despedirme.

Lejos aquella a la que amé percibe todo ello con curiosidad. Con su negra melena sobre los hombros y sus grises e intensos ojos mirando el vacío mundo. Su nombre era Tira, aunque cuando tenga mi poder sera olvidado, ella lo sabe. Sabe que eso sucederá.

Ya llega el momento... Primero la oscuridad... Luego la libertad de la vida..."



Bueno, espero que os guste este pequeño texto que se me ocurrió en la noche después de leer a Lovecraft, Byron, Kafka, Poe y un par de autores más.
Espero que me dejéis comentarios sobre el mismo, con el fin de saber que necesita mejorar y que necesita para aterrorizar al lector...


TRADUCCIÓN AL INGLÉS:
"On the other side of my office window, the sun shines in full splendor. It is, then, to look at the other side of the glass I see my destiny.'ve Walked the dark paths, regardless of their deceptions ever.'ve Longed for beautiful women but only one I loved, and one to which I have always loved me may not ever. never be mine. put it in a black and gruesome places where spirits curse and whine, where trees become bloody arms raised heavenward and whisper words about the fate of men.

However, even the feel stroll along the paths, and the marks of his feet are still on wet ground there on the trails that run through the world for the sake of my window.

The stepped away outside the tiny circle of friends ara possess, that will betray me.

Despite everything, she has continued, fighting. Keeping correspondence with the few friends who still live in the world of the living, people that gives hope to be free among them.

It could be said that his defense is how effective that would be desirable. Somehow I fail to understand, it is quite far from my influence, however, she feels my desires.

I'm able to unleash the wishes of passion I see as she is dedicated to sharpening the sword of pleasure, sharpen the arrows of desire and fire that I've tried to turn off.

My heart riddled with unsatisfied desire, made it down to the rule of the shadows. I did leave their homeland to visit climates west of the sea. Sated with pleasure, I longed to make her wandering alone, embarked on a sad delusion.

That's why just as the stars of Scorpio enlighten me up to her in dreams, just before dawn shines furious passion for me. Passion odious as unhealthy love exulting demon struggling to enter our world.

Yes, now I see. My destination is the black roof and the dark abyss where it will be total oblivion, unless someone finds my message. Yes, my post is a book that mostly attracts women endowed, so interested hazy, mysterious, magical. However, it is a book of temptations. A book with words I can get hold of them, and also of them. When they play their spirits aside and give me the bodies, share with me. While not destroy the book live in fear. His fear I will always dominate their hearts, turn your wishes.

For it to condemn her to serve to shameful excesses I have bound to look it sheltered in remote places.

Sometimes I am capable of seeing her walking along the streets of the city, it does not know that I am nearby. And those who surround us ignore the dark secret that joins us, maybe do not try to know it, because our souls opened by the pain do not entrust our sorrows. Always we will have sorrow that they cannot forget; and, to her only the consolation and the advice of a friend her will be able to save. 

I loved her, I have wanted it, in spite of calling on the verge of his heart and to deliver it to pleasant desires. I have turned into a parasite of his soul and her into my fickle concubine. It will be for my mother that I will not forget when she knows what is to love.

I know it's time to yell heard although it will ignore my calls. There is his body intact, but his soul will have escaped out of my reach.

That is why my horizon again. A horizon that acquires and color, a dark color. On the outside I look projected my wishes. Expired. Anyway now I know I can never forget his deep gray eyes, unfathomable.

She woke my darkness up again... A perverse darkness... A darkness that it wanted to forget. I will resign her, will leave this one dimension as being dark. 

What I am going to do treats itself about something deeper, and also more terrible. The only thing that consoles me is that there happens what happens, I will not return to use this power on anybody.

Now I see the shadows with extraordinary clarity, my power will be for her. The slave became my heart and soul, and was his fight which made me make this decision. 

Only Cundo my soul will be free again have its own body. Only then I can control my soul. Then my strength shall cease, my influence on it disappear. I finally feel free of those powers that have used both.

I look out the window. The morning fog begins to fade and the air pushed by the wind. The broad green fields that stretch around my house, from the magical forests to the manicured gardens, remain mired in the calm. Everything looks so serene that it seems as if the world is prepared to say goodbye.

Far that one whom I loved perceives all this with curiosity. With his black lock on the shoulders and his gray and intense eyes looking at the empty world. His name was A Strip, though when it has my power sera forgotten, she knows it. It knows that it will happen. 

Already the moment comes... First the darkness... Then the freedom of the life... "

Well, I hope you enjoy this little text that occurred to me at night after reading Lovecraft, Byron, Kafka, Poe and a couple of authors. Hope you leave me comments on it, to know that he needs to improve and he needs to terrorize the reader ...