lunes, 7 de septiembre de 2015

INMORTAL (Relato Fanfic basado en "Buffy, Cazavampiros")

Bienvenidos a las tierras que rodean Hellmouth.

Era lo que ponía el cartel de madera de roble que había cerca del I.E.S. Sunnydale en un lugar del sur de España.

Llegaron una hora antes de las nueve de la noche, setenta  estudiantes en dos autobuses,  de color blanco y con el nombre de la empresa en un color naranja oscuro o quizá rojo, en su interior los estudiantes que volvían de Santiago de Compostela dormitaban unos junto a otros o charlaban en bajos susurros. Los autobuses eran de la empresa local Del Río.

En las sombras cerca de la carretera unas sombras aproximaban a la carretera desde el río. Si alguno de los que iban en el bus los hubiese visto por la ventanilla le hubiese parecido que eran personas paseando en el atardecer o la juventud de la noche. Sin lugar a dudas, los dueños de esas sombras contaban con ello. Contaban con ser invisibles desde la carretera o a confundirse con lo que les rodeaba  para aquellos que mirasen desde la carretera.

Se deslizaron hasta el limite cercano a la carretera. Esperando la llegada de los autobuses a la cercana curva donde tenían que reducir la marcha. A medida que se acercaban los autobuses avanzaron con mayor celeridad. Uno salto ante el primer autobús impactando con su frontal. El conductor detuvo el autobús y se dispuso a abrir la puerta.

-¿Qué sucede? -grito alguien en el bus.

Esa pregunta gritada despertó a la joven estudiante californiana de intercambio que estaba en el asiento de atrás. Apartó sus cabellos rubios del rostro y una de sus manos se oculto por inercia dentro de la ligera chaqueta que llevaba puesta.

Estaba considerando volver a recostarse y cerrar los ojos cuando escuchó el primer grito. El grito aterrorizado del conductor del primer autobús.

Reconoció la señal del destino para que actuase como debía antes que todo fuese peor y hubiese más muertes. La gente del autobús que había delante profería gritos y alaridos, golpeaban los cristales de atrás tratando de huir de algo. En respuesta a la mirada interrogante de la chica vio al otro lado de la ventanilla.

-Vampiros…- susurro.

Sacó la estaca que llevaba oculta siempre. Salto por encima de los asientos con una agilidad de felino y corrió hasta el conductor.

-Open the door! - gritó- ¡Abra la puerta! Hágalo si quiere salvar a los ocupantes de este autobús, y ciérrela detrás de mí. No debe de abrir a nadie salvo a mi. ¡Entendido!
-Como usted diga Anne.

La joven saltó al exterior nada más abrirse la puerta. Dio una voltereta en el suelo y se puso de pie inmediatamente. Corrió hasta el primer autobús. Los vampiros estaban comenzando a darse un banquete con los chicos y chicas que allí había. No podía salvar a todos pero debía intentarlo. Un vampiro al verla salto hacia ella. Reaccionando lo esquivo y le clavo la estaca haciendo que esté desapareciera convertido en un montón de polvo.  El resto reaccionó dejó caer a sus víctimas y atacando a aquella joven que pegaba patadas y puñetazos a diestro y siniestro mientras que con aquel trozo de madera que tenía en sus manos eliminaba uno a uno a sus atacantes sin mostrar piedad alguna.

-¡Una Asesina! -dijo en voz alta uno de ellos-. ¡Retirada!

Los vampiros huyeron de allí aterrorizados.

La joven entró otra vez en el autobús delantero. Tres chicos y el conductos estaban muertos. Sabía lo que les pasaría en breve. El resto tenían heridas diversas estaban semiconscientes pero sobrevivirían. Se acercó a una de las chicas que iban en él.

- Buffy, ¿eres tú?- preguntó.
- Si, soy yo. Tranquila. Te pondrás bien. Os pondréis bien todos.

La chica perdió el conocimiento. Mientras escuchaba la respuesta de Buffy. Las luces de la guardía civil y de las ambulancias pronto poblaron el lugar. Recorriendo los alrededores buscando huellas, tratando de desvelar que había pasado allí.

-¿Qué sucedió?- era la pregunta que hicieron a todos y cada uno de los alumnos.

Los profesores del segundo autobús y los alumnos contestaron todos que la alumna de intercambio se había enfrentado a un grupo de asaltantes muy peligrosos. Les había parecido que debían de ser un algún tipo de secta o algo así y que llevaban mascaras o algo parecido. No podían pensar en la existencia real de vampiros.

Se centraron en ella. Podía ser que les dijese algo relevante. Solicitaron informes sobre ella a Estados Unidos, a California, de donde ella procedía. La idea era que al día siguiente mandarían a alguien a interrogarla.

Él fue el elegido para ello, sobre todo después de leer los informes sobre la chica. Seguramente se sentiría más cómoda hablando con un interlocutor en inglés. Su nombre: Ángel Corral.

Ángel era un inspector de policía gallego, amante de las novelas negras y de terror. Le gustaba vagar por lugares insospechados. La primera vez que uno de sus compañeros se fijó en él fue paseando en los jardines del castillo de Gibralfaro. Parecía una alma perdida entre la niebla de aquel día mientras investigaban la desaparición de una estudiante de intercambio.

De ese día Ángel recordaba sobre todo el reflejo de la luz sobre las hojas de las plantas del jardín y sus gafas comenzando a empañarse por la diferencia de temperatura. A él acudían sobre todo en casos sumamente misteriosos y que nadie quería investigar. Le llamaban en broma de él Mulder, por los casos que solía llevar.

Ese día estaba sentado junto a la ventana leyendo tranquilamente un libro de intriga. Era su día libre. No deberían de  haberle llamado. Le llamaron. Su teléfono sonó en un par de ocasiones. Ángel descolgó. Escuchó lo que le decían. Salió de casa. Cogió el coche y marcho al puesto de la Guardia Civil de Álora. Una hora después estaba en una de las estancias del cuartel. A su lado, la sargento Cohin encendió un cigarrillo con calma. Dejando que se fuese quemando sin acercarlo a los labios. Esperando. Ante ellos estaba Buffy Anne Summers, estudiante de intercambio.

Ángel le dijo que había mucha gente deseando saber que había pasado y a la que convenía dar una serie de respuestas plausibles y comprensibles. Ella asintió. Se miraron a los ojos con cierto reconocimiento mientras se estudiaban mutuamente.

-No sé agentes. Se por experiencia que en algunos casos la verdad no es buena idea contarla -fue la respuesta de Buffy.
-Lo entiendo -dijo Ángel-. Lo sé por experiencia. A mi me puedes contar lo que sea.
-Sólo sé que vi que un grupo de hombres vestidos de forma rara y con un extraña maquillaje atacaron el autobús que iba delante. Yo salí a ayudar a mi amiga. He aprendido defensa personal y soy muy buena en ello.
-Lo hemos visto. Pusiste a todos ellos a la fuga -dijo la sargento Cohin.
-¿Qué nos puedes decir?- preguntó Ángel.
-Sólo se que hay secretos encerrados con siete llaves en lugares ocultos que es mejor no desvelar -dijo ella como respuesta-. Esos hombres que atacaron producían terror. Me enfrenté a ellos. Ese atrevimiento es mi secreto.

Tres horas después terminaron el interrogatorio. No sacaron aparentemente mucho en limpio. En realidad, Ángel había percibido un mensaje oculto en la forma de hablar de la chica. Algo que le recordaba mucho tiempo atrás. Algo que le recordaba al hombre que le entregó el anillo que siempre llevaba en su mano izquierda. Eso había sido en realidad hacía mucho, mucho tiempo atrás, casi unos doscientos años en un barco que volvía de América y atracó en La Coruña. El hombre era viejo y sabio. Vio en él lo que otros en aquel entonces no podían ver.

Días después Ángel fue asaltado cuando volvía a su casa cerca Betanzos. Fue golpeado y cayó al río en una zona de difícil acceso. Los asaltantes lo dieron por muerto mientras se llevaban su equipaje. Él mismo se dio por muerto, primero mientras caía al vacío y después mientras se hundía en las aguas del Mandeo y era arrastrado por ellas río abajo.

Volvió en si en las marismas cercanas a Betanzos. Allí donde se juntaban las aguas del río con las del mar.  Nadó. La suerte quiso que una barca pasase cerca y lo recogiese. Fue la primera vez que murió y volvió a la vida.

Sabía que la chica había visto que él no era como los otros agentes. La siguió. Hasta el domicilio que ella tenía en Álora.

Esperó. Después vio como salía por una ventana con una agilidad que no era natural. Volvió a seguirla.   Fue hasta el Embalse Tajo de la Encantada. La perdió cerca del lugar donde el Arroyo del Granado desemboca en el embalse. Volvió al piso de ella. Fue a la puerta. Sacó un juego de ganzúas y entró. Se sentó en el sofá y esperó.

Varias horas después Buffy volvió.

-¡Hola! - saludo Ángel-. Un largo camino, ¿verdad?

Buffy casi le clava una estaca en el pecho.

-Creo que esto no es necesario conmigo. Suponía algo así.
-¿Cómo?
-No soy estúpido. Llevo mucho tiempo de aquí para allá. Creo en lo imposible. Las heridas de tus compañeros y de los muertos del autobús. Ver que muchas huellas de los asaltantes desaparecían como si se hubiesen esfumado. La descripción de las mascaras. Vampiros. ¿Me equivoco?
-No, no se equivoca -respondió Buffy-. ¿Quién es usted?
-No soy un enemigo. Mi nombre es Ángel Corral realmente, y soy oriundo de Galicia, pero mi edad no es la que aparento. ¿Cuántos años crees que tengo?
-Entre 30 y 40 años.
-130, más o menos.
-¡Vaya un viejo como cierto vampiro que conozco! Él también se llama Ángel. ¿Es coincidencia?
-No lo sé. Los vampiros en Europa tienen un nombre para mi.
-¿Cuál?
- El Inmortal.
-Seguro que no te han cortado la cabeza.
-Si lo han hecho, y también me han quemado y arrojado a una sima durante la Guerra Civil aquí en España. Simplemente no puedo morir.

Buffy lo miró. Se fijo en su aspecto. Le recordó a Giles. ¿Cuál seria la causa del sino de este hombre?

-Seguro que te preguntas, ¿por que ser policía? En un comienzo lo hice para buscar a los que me mataron la primera vez. No lo conseguí. Sólo conseguí hacer que detuviesen a dos criminales terribles que por aquella época asolaban España. El primero en Galicia, y el segundo en el Pais Vasco. Por lo tanto, decidí hacerme policía. De hecho, varias veces lo he sido, me he dado de baja para desaparecer y luego volver a aparecer con el mismo nombre como descendiente mío.
-Nunca supiste quien te atacó.
-Así es. Tú eres una Cazadora. Sé que hay otros y otras. Sé que cada vez que uno muere se activa otro potencial cazador o cazadora. No sois como Van Helsing, pero hay cosas de su historia en el mito que rodea vuestra existencia. algo que me ha parecido siempre muy interesante como estudio.
-No me preguntes. De eso yo no sé nada -contesto Buffy-. Hablare con mi Vigilante. A lo mejor podemos colaborar.

Buffy llamó a Giles por teléfono después que Ángel se fue de allí. Le habló de "El Inmortal". Nada más escuchar ese nombre su cuerpo sintió un escalofrío.

-Tiene otro nombre Buffy -dijo Giles-. La llamaron en el siglo XIX, El Guardian de la Justicia. Te citó dos casos en los que participó en España, pero también lo hizo en el Reino Unido, Francia, Italia, Holanda… Sólo un asesino se le escapó…
-¿Quién?
- Jack el Destripador- contestó Giles. Al escucharle decir ese nombre Buffy sintió un escalofrío.
-¿Por qué nunca lo capturo?- preguntó.
-Eso sólo lo sabe el consejo. Quizá algún día te lo expliquen- fue la respuesta de Giles-. Ten cuidado con él. Puedes colaborar con él, pero no le des los nombres…
-Lo tendré mientras esté aquí. ¿Quieres un informe sobre él?
-Te lo agradecería.