lunes, 25 de mayo de 2015

"El Caballero del Anillo" de Miguel A. Mateos Carreira.

Mira al noroeste, en el antiguo reino,
de Arandunë llamado por los antiguos.
Por el Camino de los Errantes, los Peregrinos,
que vagan por las sombras en busca de luz.
Buscad allí al Guardían del Anochecer,
al Caballero del Anillo, vestido de gris en la tarde.
Guardían de las Puertas, de los Secretos Portales,
que yacen ocultos en nuestros lejanos sueños.
Myyrdin llamado por unos, en el lejano norte,
Mihal por otros en el este, y Mekal en el sur.
Mas allá en el lejano oeste, muchos nombres tubo más,
que ocultos por nieblas nunca aquí se oiran.
En mundos de leyenda puede él entrar,
pero solo a unos pocos podrá enseñar.
En los Portales del Antigüo Reino,
en Aranduné, entre los Bosques por cierto.

lunes, 18 de mayo de 2015

"EN LA NOCHE" por Miguel A. Mateos Carreira

Las luces del día se iban apagando. Nubes grises cubrían el cielo de aquella población de apenas siete mil habitantes. Un pitido sonaba procedente del televisor. Era al cambiar de cadena la carta de ajuste de las cadenas que todavía no emitían ningún canal.

Se sentó en el sofá con la luz apagada. Estaba pensando en ver su serie preferida de los miércoles. Esa serie que por nada se perdía hubiese tormenta o temblase la tierra. Él siempre la veía. 

Entonces el techo se iluminó de azul. Una sirena se dejó oír: la policía. Se puso de pie y cogió el catalejo para ver a donde se dirigían. A lo mejor tenía una exclusiva que dar a través de twitter. 

El coche patrulla paro ante la fachada de piedra del hotel, de uno de los hoteles de la población. Los policías se bajaron del coche y entraron rápidamente, como si fuesen sombras en el interior del edificio. Al mismo tiempo que entraban el coche se cerraba. 

Él espero como su fuese un paparazzi esperando al famoso. Observando la entrada del hotel desde la ventajosa atalaya que era la ventana de su piso. Pronto las luces del hotel se encendieron por completo. No sólo alumbraba la de la entrada y la del pasillo si no también las de las habitaciones. Los agentes debían de estar comprobando cada una de ellas.

Fue en ese momento cuando lo vio escapando de la policía desde uno de los balcones del primer piso. El supuesto delincuente se descolgaba hacia una de las ventanas para sujetarse en las rejas. Lo consiguió justo cuando los agentes entraban en la habitación. Vio como alcanzaba un pequeño muro y saltaba a la calle. No fue el único. también los dos policías lo vieron. Uno de ellos saltó ágilmente por el balcón y aterrizó en el suelo dando una voltereta. Luego salió corriendo tras el sospechoso, tras el posible delincuente que se trataba de escapar. 

El huido salto otro de los muros y se oculto en uno de los sembrados. Moviéndose certeramente como una alimaña huidiza. 

De los dos policias fueron al coche y llamaron pidiendo refuerzos.

Al mismo tiempo, algo pareció surgir tras el sospechoso desde debajo de la tierra. Algo que lo atrapo casi sin dejarle tiempo de gritar. Él lo vio desde su ventana con el catalejo, pero sabía que no le creerían. Diez minutos después llegaron varios coches patrulla más con linternas potentes que iluminaron el sembrado. La cosa que había atrapado al sospechoso desaparecí o con el cuerpo del hombre sin vida tal y como había aparecido, cuando los policías llegaron al punto donde había estado el sospechoso sólo encontraron una de sus zapatillas Nike.

miércoles, 1 de abril de 2015

Aguas Profundas. (Relato Fanfic de "El Ministerio del Tiempo") por Miguel A. Mateos Carreira

Este relato, aunque contiene partes reales, hechos que han ocurrido en la realidad en la historia de nuestro mundo, en la historia de España y en la historia de esta esquina occidental que se encuentra al norte de la península y que llamamos Galicia, es ficción. Es una historia hecha con un entramado de algo que quizá ha sucedido, que podría haber sucedido o incluso podría suceder si alguien consigue en nuestro mundo real crear un aparato o un portal que permita viajar a través del tiempo. Es un relato que en un principio había escrito de otra forma pero que quizá queda mejor de esta.

Es un relato en el que es posible que algunos lectores se lleguen a sentir identificados,  he intentado ser riguroso mediante la capacidad de refrescar recuerdos del pasado que yacen hay tras una puerta cerrada de mi mente. Sin embargo, los nombres de los personajes no son reales, no son nombres de personas que os vayáis a encontrar. Es posible que quizá alguna de las personas que sirve de base para el relato se reconozca en los personajes, pero ellos no son los personajes y algunas veces la realidad es más terrible y temible que lo que se pueda contar en un relato.

Por todo ello, tengo que pedir disculpas, por si algo si en la realidad no ocurrió tal y como lo cuento, si alguien se siente afectado, como responsable de este relato que ahora sigue vayan mis disculpas por todo aquello que he cambiado. Lo siento, algunas veces, la imaginación puede más que yo mismo que mis recuerdos y que cualquier dato que tenga ante mi.

Este es un relato que dedico a todos los amigos que tengo por esas tierras de Irixoa y Monfero, los que están allí y los que ya no están, a los que son, fueron y serán.

Madrid, año 2015. Ministerio del Tiempo.

En un asiento mirando unas hojas que tenía sobre su escritorio estaba Salvador. Su rostro de preocupación hubiese sorprendido a cualquiera que en ese momento hubiese entrado en el despacho.

- ¡Qué demonios!- dijo al ver uno de los informes que tenía ante él. 

Tocó un botón junto a él en la mesa y levantó el auricular. Dudo antes de hablar.

-  ¡Convoca a los agentes del Ministerio y manda aviso a los guardianes de las puertas en Galicia!
- ¿Qué sucede? -preguntó Angustias.
- Alguien quiere cambiar la historia de España tal y como la conocemos.

Pronto la voz de alarma cundió en el Ministerio. El primero en presentarse ante Salvador fue Ernesto, le siguieron Amelia, Irene y Alonso. Unos tres minutos después entraba Julian. 

- ¿Alguno de vosotros sabe que grupos terroristas hay en España o ha habido, depende de como lo miremos?- preguntó Salvador Martí.
- Algo he leído en algunos informes. He visto cuatro o cinco nombres, los más recurrentes son ETA, GRAPO, y también aparece una reseña del GAL - respondió Ernesto.
- ¿Qué son grupos terroristas? -pregunto Alonso.
- Son grupos criminales que se dedican a matar diciendo que es luchando contra España y por motivos políticos -le contesto Julian.
- Eso es muy a grosso modo una respuesta correcta a esa pregunta. El problema es que no es tan simple la cuestión como explica Julian. Algunos son grupos criminales, mafiosos, otros nacieron legítimamente  con la intención de que la situación que en un momento determinado había en España cambiase, algunos incluso nacieron para combatir al resto de grupos terroristas. El caso es que todos matan, y todos dejan víctimas tras de sí. Hoy en día sólo queda posiblemente operativa ETA, es cierto que tenemos el terrorismo islamista, pero ese está fuera del caso para lo que nos atañe.
- ¿Qué ha ocurrido?- preguntó Irene.
- Sé de buena tinta, pues me han llegado informes de que alguien quiere que la unión y colaboración entre ETA y uno de los grupos terroristas de este informe llegué a buen puerto. Se logré mediante una acción criminal. Parte de esa acción tiene que tener lugar, ha sucedido y no podemos evitarla. Más tenemos que hacer que las fuerzas de seguridad la Guardia Civil, la Policía, tengan datos suficientes para detener a los implicados en el ataque que si ocurrió.  
- ¿Cuál es el problema?- preguntó Amelia.
- Alguien ha viajado al pasado para que no haya sólo un grupo si no dos grupos asaltantes. Si el asalto tiene lugar. Morirán hombres, mujeres y niños. No podrán dejar testigos de lo que van a hacer. Tenéis que impedir que ese segundo grupo actúe. Tenemos que mantener la historia intacta. Vuestra misión es detener a ese segundo grupo y capturar a quién haya viajado al pasado para alterar la historia.

Se acercó a ellos. 

-Os dividiréis en dos grupos. Ernesto e Irene, tendréis que ir primero al Pais Vasco y después a Madrid donde esperaréis ordenes. Amelia, Alonso y Julian, vosotros iréis directamente a Galicia. Hay una puerta cerca de la localidad donde tendrá lugar el suceso. Está en Betanzos, el año 1989, llegaréis el 1 de febrero. Si hace falta volveréis a ir el día 2 y el 3 por las puertas correspondientes.

Irixoa, 1 de febrero de 1989.

En una ladera de un campo, junto a un castaño, había un niño. No un niño aburrido, ocioso, sin hacer nada. El niño estaba leyendo un libro, y eso significaba que estaba cómodo allí y que tenía una viva imaginación.

Frente a él tenía una visión de los prados cercanos y de algunas de las casas de el Pazo y de las que estaban próximas a la carretera de A Viña. 

Este niño era como otros muchos niños de la localidad. Había crecido allí después de que fuese su familia a vivir a allí. Por alguna curiosa coincidencia, ese día cuando él más tranquilo estaba leyendo su libro, cuando parecía que nadie iba a aparecer por allí, vío algo. Tres personas pudo ver que subían por el camino que había a su derecha. Al otro lado del prado, por donde solían entrar las vacas. Él no lo sabía pero estaba viendo a Alonso, Amelia y Julian. Todo lo que vio fue a tres personas paseando. Personas como tantas otras que había visto pero que supo al momento que no eran de Irixoa.

- ¡Buenas tardes!- dijo el niño.- ¿Parecen perdidos?
- Si, quizá lo estemos un poco -contestó Amelia con una sonrisa.- ¿Dónde estamos?
- Estáis en el Ayuntamiento de Irixoa, y en la población de dicho nombre.
- ¿Qué lees? - le preguntó Amelia.
- ¡Oh! Estoy leyendo un libro de mi colección de La Maquina del Tiempo de TIMUN MAS. 
- Son buenos libros -añadió Julian. 
- ¿Desde dónde se podría ver bien toda la población para sacar unas fotos?
- Hay tres sitios que podrían ir bien. La Escuela del pueblo, y luego si suben a las colinas -constesto el niño mientras señalaba los tres lugares con el dedo.

Alonso se acercó al niño. Le entrego un papel, y le dijo en un tono más bajo pero audible para sus compañeros.

- En realidad queremos evitar que pase algo muy malo. Somos algo así como los personajes de tu libro.
- ¡Algo malo!.. Pero aquí lo más malo que puede suceder es que haya un incendio forestal. De hecho, ya hubo una vez en que la población estuvo sitiada por el fuego debido a tres incendios. Aquí la gente es sencilla, tranquila y no gusta de cosas desagradables.
- Si, tiene el aspecto de un sitio tranquilo para vivir. Un lugar maravilloso para que los niños sean felices. Gracias por la información. Es posible que nos veamos más adelante.

El niño vio como los tres extraños se alejaban camino arriba en dirección a la escuela mientras se sentaba otra vez a continuar con la lectura…

Más no llego a acomodarse. Pronto escucho a su madre llamar desde el balcón del Cuartel para que fuese a por la merienda. Así sin terminar de sentarse se levantó y fue corriendo a por la merienda olvidándose por completo de los tres extraños que había visto momentos antes.

…………………………………………………………………………………………………………

Madrid, 1 de febrero de 1989.

En un vehículo, dos agentes del CESID vigilaban a un hombre que mantenía contactos con De Juana Chaos. Era de madrugada. La calle estaba iluminada por un difuso resplandor entre azul y verde. La mirada de uno de ellos se detuvo en una motocicletas que había allí cerca aparcadas en la calle Cuchillos. Su compañero se fijo en el hombre al que seguían, se podía distinguir que llevaba un arma escondida preparada para usar en cualquier momento.  Su compañero sacó la cámara de fotos, enfocó y sacó varias fotos. Vieron como el hombre al que seguían entraba en una cafetería como ocultándose y justo en el preciso momento en que un coche de la policía pasaba por allí.

Unos disparos sonaron en ese momento en el piso superior a la cafetería en la que el hombre al que seguían había entrado.

Manuel Gómez saltó del coche se acercó a una de las cabinas y llamó a la policia. El coche patrulla retornó uno de los agentes salió de él. Su rostro reflejaba tensión; podría haber tenido lugar un asesinato.

El hombre al que seguían los del CESID huyó rápidamente por una calle lateral. Le siguieron. Ahora llevaba consigo un cartera negra y plateada.

Arrancaron el coche iniciando una persecución pero sin llamar su atención. Se alejaban del lugar siguiéndole.

Entonces, de golpe, el hombre cayó a tierra como alcanzado por un rayo, en la cuneta. La cartera que llevaba salió disparada y cayó frente al coche de  los agentes del CESID que frenaron en seco. Recogieron el maletín del suelo con sus armas reglamentarias en la mano.

Cuando se acercaron hasta el hombre vieron que estaba muerto. Recogieron la cartera y se la llevaron alejándose de allí.

Bilbao, 1 de febrero de 1989.

Ernesto e Irene estaban en uno de los pisos que el Ministerio del Tiempo tiene en la ciudad. Se repartieron los informes a leer. Ni siquiera sabían que debían encontrar en ellos que les ayudase en su misión, pero Ernesto sabía que esos documentos que les habían enviado desde 2015 estaban relacionados con esta.

- Mira - dijo Irene señalando un nombre: Alfonso Prada.
- Perfecto - contesto Ernesto-. Al menos es algo por donde empezar para localizar al grupo que enviarán de apoyo los terroristas.
- Lo mejor está en las imágenes - dijo Irene mostrándole la foto de Prada junto a una casa en el distrito de Uribarri, en el Barrio del Mirador.
- Vayamos hasta allí. Debemos tener cuidado.

Irene asintió. Sabía que Ernesto tenía razón.

Salieron de la habitación e iban a ir a la casa cuando le sonó el teléfono a Irene. Era Salvador. Tenían que volver a 2015.

…………………………………………………………………………………………………………..

Madrid, año 2015. Ministerio del Tiempo.

Salvador Martí se sentó en una de las mesas de la cafetería, allí donde casi nadie se solía sentar, el lugar marcado para él cuando necesitaba pensar unos instantes fuera de la oficina. Salvador había leído los nuevos informes y una sombra de temor salvaje e ira aleteaba como un espectro en su mirada. Respiró profundamente, suspiró con un movimiento pausado y estéticamente equilibrado y posó la taza sobre la mesa.

Escuchó un ruido. Alzó la mirada y vio entrar la adusta figura de Ernesto que se acercaba a su mesa. Varios agentes del ministerio miraron unos instantes en su dirección y después de un saludo siguieron su camino.

Ernesto inició un movimiento a modo de saludo.

- Salvador, a Irene le ha surgido un problema, íbamos a seguir una pista en Bilbao.
- Termino de encontrar en nuestros archivos del 1989 del CNI, el antiguo CESID, algo que os ayudará.
- ¿Qué ha encontrado?
- Venga conmigo a mi despacho…

Salvador lanzó un bufido mientras se levantaba. Caminaron por los pasillos y entraron en el despacho.

- Tengo aquí una cosa que consiguieron en 1989 dos agentes del CESID… Y ha sido toda una sorpresa ver su contenido.

Ernesto se acercó a la mesa y lo abrió.

- Vaya varios informes de seguimiento, y cuatro nombres- murmuró-. Así pues, estos son los nombres de los terroristas de ETA que apoyaran a los gallegos, ¿no?
- ¿Alguno te suena?- pregunto Salvador.
- Así es- dijo él-. A este rubio…
- Y, ¿puedes encontrarle?
- No. Pero si él está en el grupo que va a Galicia puedo neutralizarlo, para él hace mucho que yo estoy muerto. No saben lo que se les viene encima.
- Quiero que los cojáis vivos. Quiero encerrarlos en la celda más profunda y tirar la llave a lo más profundo del océano - fue la respuesta de Salvador.

…………………………………………………………………………………………………………...
Irixoa, 1 de febrero de 1989.

Alonso miraba los alrededores de la vieja escuela que se alzaba junto al bosque en una de las lomas de Irixoa. Se fijo en las ventanas de la parte de atrás junto a una de ellas había una escalera de madera.

- Por aquí suelen pasar normalmente niños. ¡Mirad las huellas!

Amelia miró la tierra junto al suelo. Era cierto.

- Sólo hay otras huellas. Botas grandes. Vigilaran desde aquí y cuando llegue el momento asaltaran el acuartelamiento desde la parte de atrás. Darán un rodeo, saldrían por esa ventana y luego irían por ahí - dijo Alonso-. Es lo que yo haría.

-Vamos a una cafetería a tomar algo, -dijo Julian.

Se alejaron de allí tranquilamente y fueron al bar que había en el cruce. La puerta estaba abierta en la cafetería frente a la gasolinera. Era un lugar ideal para observar si algún extraño a parte de ellos aparecía por allí, o lo hacía alguno de los sospechosos.

Al entrar pudo ver a un hombre sentado detrás del mostrador: el propietario. Estatura media, ni alto ni delgado, con pelo oscuro. En sus manos había un libro de Frederick Forsyth, levantó los ojos al verlos aparecer con cierta nota de fastidio. Sin sutilezas Julian pidió las consumiciones.

Mientras esperaban las bebidas, Julian observo a Amelia, que miraba por la ventana hacia el exterior, como si meditase sobre algo profundo o personal de ella.

- ¿Vamos a estar aquí todo el día? -preguntó Alonso.
- Buena pregunta -respondió Amelia-. ¿Se te ocurre algo Julian?
- Bueno, quizá algo de ayuda de alguien que conozca este lugar serviría de algo. Nos ayudaría a atajar lo que pueda suceder o lo que vaya a suceder.
- ¿ A qué te refieres?
- Me refiero al hecho de que realmente no sabemos mucho. Quizá alguien que hubiese vivido el suceso nos podría ayudar un poco.
- Creo que deberíamos consultar con el jefe. Volvamos.

………………………………………………………………………………………………………...

Arzúa, 24 de abril de 2015. Biblioteca Pública "Rosalia de Castro".

Cuando Miguel se quedó en la soledad del piso con sus apuntes, sus libros, sus escritos, algunos de sus amigos se asombraron de ver que pese a todo mantenía su humor y su forma de ver el mundo. Participaba siempre que podía en el club de lectura aunque en ciertos aspectos sentía que al menos en Arzúa el intento "también había salido rana".

Observación que duró poco tiempo en su mente pero que tan sólo entenderían los que lo conocían de cerca. De complexión fuerte, gafas, calvo y con un carácter apacible de forma habitual, parecía vivir en esos límites que a algunos recordarían a algunos antiguos sabios griegos o incluso artistas y escritores de otros tiempos. Era un ilustrado aunque por su habitual aspecto no lo pareciera. Había vivido mucho a lo largo de su vida.

Como cualquier otro día se encontraba con su ordenador en la biblioteca. En la mesa frente a la que él se encontraba había uno hombre de entre 40 y 50 años, delgado, de pelo ralo y rizado e incipiente barba, con aspecto de hacker y un ordenador como el suyo de Apple.

La impresora seguía sin funcionar y eso le desesperaba. Pero tenía un par de libros para documentarse para una nueva historia en la que trabajaba en sus ratos libres bajo un seudónimo.

El teléfono sonó. Era su padre que quería hablar con él. Se dijeron unas palabras. Después, lentamente, Miguel recogió las cosas de la mesa en la que estaba sentado y salió por la puerta que daba a la escalera. Hoy no bajaría por el ascensor.

Fue al supermercado a comprar el pan y algo de comida. Después volvió a casa y llamó a sus padres. La conversación fue corta. Le dijeron que ya le llamarían más tarde.

Sentía cierta seguridad mientras estaba en casa. Seguridad y un ambiente hogareño. Sentado con calma en su estudio con el sonido de fondo de la televisión seguía su trabajo y estudio.

Madrid, año 2015. Ministerio del Tiempo.

Salvador miraba hacia el claustro y el pozo a través de la ventana. Su silla, permanecía vacía como las otras. Entre los papeles que había encontrado en el maletín recuperado por los agentes del CESID había una foto y toda la información relacionada con ella la retiró del maletín y la había guardado a buen recaudo en el único lugar donde sabía que los enemigos de España y los del Ministerio no podrían llegar.

Angustias llamó a la puerta, la mueca de su rostro por una vez parecía recordar el de la sacerdotisa de un templo antiguo.

- ¡Sí! ¿Qué sucede?
- Amelia y compañía están de vuelta.
- Sí, deja que pasen.

Cuando se giro y miro sus rostros vio sus semblantes rígidos y preocupados. Los ojos de Alonso estaban con una mirada ausente. Se veía que pensaban en algo. Julian consultó su reloj mientras tomaba asiento. Toda muestra de impaciencia estaba fuera de lugar, pero le gustaría retirarse e ir a visitar una vez más a la mujer que amaba. Por su parte, Amelia se esforzaba por permanecer inmune a la agitación que iban a plantear su palabras.

- Adelante, señorita Folch. Estoy deseando saber que me tienen que decir en medio de la misión,
- No creo que le guste lo que le voy a pedir.
- Eso dependerá de que pueda ser peligrosa o arriesgada.
- Gracias.  Sencillamente… - se calló un segundo antes de continuar- Necesitamos de la ayuda de alguien que conozca que ha sucedido allí y que además conozca el lugar.
- ¿Qué dice? Oh, no. Claro que no. Eso no deben hacerlo si hacemos que alguien que haya estado allí nos ayude podría estar tentado a cambiar la historia. No tenemos derecho ha hacerlo. En todo caso, agradezco que no hagan nada de eso sin consultarme.
- Gracias, señor -dijo Alonso-. Sólo una pregunta.
- ¿Cuál?
- Mi planteamiento es el siguiente. No podría o se podría conseguir la colaboración que pide Amelia sin que esa persona supiese lo que sucede realmente.
- Interesante planteamiento. ¿Cómo sugeriría hacerlo?
- De forma que ni siquiera nosotros lo sepamos. Se le tendría que hacer llegar una forma de contactar con nosotros para darnos esa ayuda. Un número de teléfono, por ejemplo,  un correo electrónico o a través de un perfil de Facebook o Twitter.
- ¿Qué son Facebook y Twitter?- preguntó Alonos extrañado.
- Son una forma de comunicación y de crear redes de contactos y amigos.
- Así es.
- Adelante, entonces. No usen un número de teléfono pero si pueden usar un perfil de red social. Siempre que esa persona no viaje al pasado a intentar cambiar las cosas -dijo Salvador.

Madrid, 2015. Piso donde vive Alonso.

Aunque habían pensado en volver inmediatamente a 1989 fueron al piso de Alonso para pensar un plan, Amelia se sentó en el sofá casi sin pensarlo acudió a su mente algo inverosímil que su yo futuro le pidiese ayuda a alguien, cortó esa linea de pensamiento y se quedó un par de minutos callada, sentada en silencio.

Empezaban a ponerse nerviosos, pero después de unos minutos Alonso habló, volviendo a hacer que todos tomasen contacto con la realidad.

- ¿Qué os parece contactar con esa persona que nos ayude mediante teatro? -dijo Alonso.
- Hoy en día se llevan más las series de televisión -añadió Julián.
- ¿En qué piensas?- fue lo que dijo Amelia.
- Pensaba en el niño que vimos allí en aquel campo. Seguro que sabe cosas y conoce el lugar. Podríamos contactar con él y…- comenzó a decir Alonso.
- Recuerda que no lo podemos hacer de una forma directa- añadió Julian.
- Pero a través de una serie de televisión… Él estaba leyendo un libro de viajes en el tiempo y si esos gustos permanecen, podríamos usarlo en nuestro favor para contactar -repuso Amelia- y creo que sé como hacerlo.

Echaron una mirada al reloj y se pusieron de pie. Tenían poco tiempo para avanzar en su plan y para ello debían de ir al pasado al año 2003. Habían elegido contactar con alguno de los productores de la serie de televisión "Los Serrano".

…………………………………………………………………………………………………………...

Madrid, 2015. Pasillos del Ministerio del Tiempo.

Julian, Amelia y Alonso caminan por un pasillo lleno de puertas.

- Obviamente, si contactamos con él productor en este año no nos servirá de nada -dijo Amelia.
- ¿Qué propones?- fue la pregunta que surgió de los labios de Alonso.
- No está claro por donde estamos. Vamos a viajar a la época en la que se puede inducir a crear una serie que nos convenga a nosotros. Eso sí. No podremos decirle nada al jefe o la liaríamos parda. Después solo crear un perfil en la red para contactar con nuestro amigo y ya está.
- Lo ves. Muy fácil. ¿Cómo se llamaba ese niño?
- Tranquilo, lo sabremos cuando volvamos a Irixoa. Sólo tendremos que preguntarle.

Se acercan a una puerta. Miran el número van al Madrid de 2003, al 19 de abril.

Bilbao, 1989. Casa de Uribarri, en el Barrio del Mirador.

Durante varias horas Irene recorrió las calles hasta que de golpe se encontró frente a la parroquia de El Salvador. Mientras vigilaba la casa se había fijado en una chica joven de unos 20 años que parecía vivir allí. Había decidido adelantar trabajo de algún modo y ¿por qué no poner unos micrófonos en la casa y saber lo que se cocía allí?

Mientras caminaba por los alrededores observo como la joven entraba en la iglesia. Irene entró detrás. No era muy de iglesias pero recordó esos romances de iglesia de la literatura clásica de los que tanto hablaba Ernesto. Se sentó tras ella en uno de los bancos y esperó. En un momento determinado sus miradas se cruzaron e Irene uso su magnetismo natural para influir en ella para que se le acercase al salir. No fue muy difícil. Diez minutos después las dos iban en dirección a la casa, Irene le había dicho que tenía su coche cerca de Hirialde.

Minutos después las dos estaban dentro de la casa. Sentadas en la cocina. La joven se llamaba Susana.

- Luego te acompaño hasta el coche- dijo Susana.
- No tienes de que preocuparte -respondio Irene-. El coche es de un amigo, mejor que lo recoja él. Sabe que lo dejé allí y que me gusta pasear hasta tarde.
- Eres valiente. En los tiempos que corren es arriesgado pasear sola en la oscuridad de la noche. Hay muchos criminales.
- Son peores los que se ocultan a plena vista que los que están en la oscuridad de las calles. Lo sé muy bien. Tienes una casa bonita.
- Es de mi hermano. Aquí vivimos los dos. Me dice que pronto levantarán varios edificios y que ha acordado venderla a cambio de un bajo para poner un negocio y dos pisos para que estemos independientes uno del otro.
- Lo entiendo. Ni tu puedes venir con chicos ni él con chicas.
- Más podría decirse que es al revés. Él siempre viene con amigos y yo siempre tengo a alguna amiga o conocida por aquí.
- ¿De verdad?- pregunto Irene mientras le plantaba un beso en los labios.

Usó ese truco para despistarla mientras ponía un micrófono bajo la mesa en una de las esquinas. Esperaba tal vez un rechazo, ya alguna vez más le sucedió antes. Esta vez no fue así.

Instantes después ya le joven le había enseñado el resto de habitaciones, y entre beso y caricia, Irene colocó los micros en la sala de estar, La Oficina y en la mesita de la entrada junto al teléfono.
.............................................................................................................................................................
(CONTINUARA...)


sábado, 18 de octubre de 2014

Licencias

Mi nombre verdadero es irrelevante. Tan sólo decir que soy una especie de ladrón y que me aproveché de la imaginación de una persona para tomar imagen cuando tenía ciertos problemas y después no me fue posible abandonar.

Todo comenzó para mi después de la muerte de alguien muy querido tras el robo de unas joyas en Sudáfrica. Una organización las robo, uso a esa persona para trasladarlas a un museo de Europa, y seguidamente asesinó a esa persona. Eso hizo que yo saliese a la luz, pues hasta ahora nadie sabía de mi existencia salvo otros ladrones de guante blanco, algunos detectives muy especiales, y poco más. Más cuando llegué a Estados Unidos y conocí a la detective Holt, me aproveche de una de sus creaciones. Si amigos, me aproveche de su jefe ficticio Remington Steele.

Si fue una licencia que primero ella y después yo usamos. Espero que después de todas nuestras aventuras, después de todos nuestros trabajos conjuntos nos sea perdonada a ambos el uso necesario de la personalidad de Remington Steele. Una cosa es cierta, desde que soy Remington Steele, desde que estoy con Laura, no he tenido necesidad de robar, y he sido relativamente honrado… Salvo en el nombre claro está.

De hecho, le hice una promesa a ella y la estoy cumpliendo. Incluso conseguimos devolver las joyas a sus legítimos dueños y detener a los agentes de esa organización de tráfico de joyas que hicieron matar a la persona a la que yo tanto quería.

En cualquier caso no estoy des-informado y cuando no hace mucho en New York habían robado algo muy valioso. Sin consultar con mi socia, me puse en contacto con la aseguradora para que lo investigasen pues sabía que una vieja amiga, antigua ladrona, Chantal, podría ayudarles en la recuperación del objeto. 

Cuando fue preciso yo le remití la información precisa a través de un contacto común en la ciudad.  Mientras desde el asiento del despacho de la agencia de detectives coordiné todo para que saliese bien, incluso conseguí que los agentes que investigaban el asesinato del director de la galería tuviesen ciertas sospechas primero de él, luego de mi propia amiga Chantal, e incluso de otro famosos colega del gremio de ladrones.

Por suerte, como me contó ella después, cierto asesor ayudó más de lo que se esperaban pues había confiado en la inocencia de ella hasta el final.

La verdad, muchos se preguntaran ¿cuál es mi nombre? Yo les diría que soy Arsenio Lupin, pero creo que eso tampoco sería del todo cierto. Además, no soy el único "reinsertado" en la sociedad,  y mejor que mi nombre, mi nombre real, todavía no salga a la luz, pues sé que todavía hay quien me busca bajo mi verdadero nombre por hechos del pasado, pero por suerte desconoce mi rostro.

Espero que mis aventuras sean de vuestro agrado mientras perdonáis la licencia de ser quién no soy.

viernes, 10 de octubre de 2014

"EL TEMIDO ENEMIGO" (Relato FANFIC basado en la serie CASTLE, relacionado con hechos de la 7ª Temrporada)

Para el joven Rick Rodgers todo comenzó un día como otro cualquiera en New York cuando tenía diez años. Su madre estaba trabajando y él se puso a deambular por las calles mientras la esperaba hasta que algo llamó su atención.

Un grito.

Un grito que sonó en la oscuridad, en algún punto de un callejón a su derecha. Un grito que siempre recordaría.

Una mujer hermosa salió del callejón corriendo. Miró al joven Rick sorprendida. Lo cogió de la mano y lo hizo correr hasta que llegaron a las inmediaciones de la Biblioteca Pública de New York. Rick se pudo dar cuenta entonces de que la mujer sangraba. Estaban cerca de la puerta cuando algo alcanzó a la mujer y esta cayó al suelo soltando su mano.

- ¡Corre! ¡Escóndete! -le dijo la mujer con sus últimas fuerzas.Después su cuerpo hermoso quedó quieto en las escaleras junto a la estatua de William Cullen Bryant. 

Rick se ocultó y observó como un hombre se agachaba junto al cuerpo de la mujer y lo registraba. Le quitó la cartera, las joyas que llevaba, pero buscaba algo más. Rick miró la mano que la mujer la había agarrado, en ella sostenía un objeto que no podía reconocer en ese momento. Estaba seguro que era lo que buscaba el criminal.

Con rapidez se escurrió por la parte de atrás del edificio del Briant Park Grill, pegado a la pared de la biblioteca, ocultándose como mejor pudo. Corrió hasta detrás de los contenedores que había junto a una de las puertas laterales del edificio de la biblioteca. Mirando entre la pared y el contenedor pudo ver que el hombre que había cometido el asesinato doblaba la esquina tratando de localizarlo. Fue entonces en ese momento de terror cuando Rick se fijó en que la puerta lateral de la biblioteca estaba medio abierta. Sin dudarlo se coló en su interior cerrando con cuidado tras de si la puerta sin hacer el menor ruido.

El niño estaba aterrorizado, el corazón le latía acelerado. No sólo había presenciado un crimen si no que podía reconocer al asesino, le había visto el rostro.

Luego fue a su sala preferida, necesitaba pensar en que haría su héroe literario en un caso semejante. Así que fue a aquella sala en la que estaban los libros de Ian Fleming. Miró con cierto temor lo que tenía entre sus manos. Era algo alargado como metálico, cuando miró con detalle vio que era una llave dorada. Una misteriosa llave de una caja de seguridad con un número, el número 38. 

Más no iba a estar totalmente sólo allí dentro.

Alguien más había visto los sucedido. Alguien que estaba allí observando desde las sombras a Rick y a su madre desde que habían salido de casa. Ese alguien sí adivinó donde estaba el joven Rodgers pues lo había seguido otras veces por el interior de la biblioteca. 

Cuando el criminal se alejó, él entró en la biblioteca. Conocía bien los gustos literarios de Rick Rodgers. Lo encontró junto a los libros de Ian Fleming, mirándolos y viendo como guardaba algo en uno de ellos que no podía determinar cuál desde el punto donde miraba.

Vio que Rick estaba nervioso así que se alejó y avisó a uno de los guardas sobre la presencia del niño. La policía ya estaba llegando a la zona, cuando el guarda acompaño a Rick a su casa, saliendo por la puerta principal mientras sus compañeros se encargaban de atender a la policía. 

Nadie pensó que podía haber sido testigo de algo salvo su temor a estar sólo en la biblioteca a aquellas horas.

El día siguiente llego. La curiosidad del niño de diez años por aquella llave misteriosa volvió a él. 

No le costó mucho convencer a su niñera para ir a la biblioteca para coger un libro de allí. Sin embargo, cuando llego a los libros de Fleming se vio en su cara una profunda pena. 

Fue entonces cuando un hombre se acercó a él. Miró el estante y vio el libro que faltaba.

- ¡Toma! Te regalo este ejemplar. Guárdalo bien y olvida lo que ha sucedido en la noche. Recuerda que incluso 007 ha preferido olvidar muchos hechos de su pasado por llegar a un logro mayor y conseguir un bien para muchos. Léelo y recuerda siempre que algunas veces por nuestro propio bien y el de aquellos a los que queremos debemos olvidar lo que hemos visto o lo que hemos hecho.

El niño miró al hombre a los ojos y vio una extraña dulzura que le dada seguridad. 

- Siempre recordaré este libro, señor. 

Luego el hombre desapareció entre las estanterías mientras el niño de diez años, Rick Rodgers, se alejaba con dos libros uno de la biblioteca de Edgar Allan Poe y el libro que le había regalado aquel hombre desconocido.

Y el niño olvido casi todo lo que sucedió esos días, pero nunca olvidó el libro de Ian Fleming y al hombre que se lo entrego. Tampoco olvido sus palabras pues de alguna forma algo le decía que quizá, solo quizá en un futuro lejano, ese temido enemigo que lo rondó aquella noche podría volver. Sabía que si eso sucedía, y llegaba el momento en que tuviese que enfrentarse a esa oscuridad, es posible que las palabras de aquel hombre que muchos años después descubrió que era su padre cobrarían sentido.

sábado, 20 de septiembre de 2014

"The Independence Day" (FANFIC de Doctor Who) por Miguel A. Mateos

Clara caminaba por la calle. Salía del instituto donde impartía clases. Los alumnos hoy estaban nerviosos, rebeldes. Al día siguiente se votaría el referéndum por la independencia de Escocia y eso traía o, más bien, atraía polémicas diversas. Tenía que hablar con el Doctor sobre ello.

Miraba al suelo ensimismada, pensando en como plantearle el problema al Doctor sin que se enfadase o se sintiese defraudado con ella. Entonces… Alguien le tocó en el hombro…

Era el Doctor.

"Clara, ¿Qué pasa? Has dejado atrás la TARDIS como si no existiera. Eso nunca le ha pasado a uno de mis acompañantes. Al menos que yo recuerde".
"Un dilema que me han planteado mis alumnos me ha hecho pensar".
"¿Cuál es ese dilema?", pregunto el Doctor.
"Se trata de la independencia de Escocia. Mañana será la votación".
"¿En qué año estamos".
"2014".
"Algo está mal. Escocia será independiente pero la fecha, el año, no concuerda". 
"¿Qué quieres decir?"
"Recuerdo estar en la nave espacial en la que los Escoceses viajaban por el espacio. Me acompañaba una chica especial, pero no recuerdo si era Rose o Amy."
"¿Entonces?".
"Vamos a la TARDIS. Corre. ¡Tenemos que ir a Edimburgo!"

Vuelven atrás y entran en la TARDIS.

No muy lejos una mujer de pelo oscuro se acerca a una roja cabina de teléfono como si fuese a llamar ella por teléfono a algún lado. Entra y desaparece. Es otra TARDIS, que desaparece como un relámpago, como si nunca hubiese estado allí.

El Doctor da vueltas preocupado alrededor de la consola.

"Alguien quiere cambiar la historia para llamar mi atención", dice el Doctor.
"No lo entiendo".
"Pues después de viajar conmigo ya deberías entenderlo. Quiero decir que no es el momento en que esto debe ocurrir".
"¿Cómo vamos a evitarlo!"
"No lo sé. Las Leyes del Tiempo son rotundas: prohiben interferir en la historia o influir para que esta cambie."
"¿Cómo actuamos entonces?"
"Tengo que pensar. Necesito tiempo…"

Clara se sienta en las escaleras, con la cabeza apoyada en las manos y los codos en las rodillas. El Doctor pasea de arriba a abajo por la TARDIS. Unos minutos después el Doctor se detiene frente al encerado. Se loen a escribir en él lo que parecen un montón de garabatos.

"Creo que tengo una idea", comenta Clara.
"Dímela."
"No podemos cambiar la historia, pero podemos hacer que vean las posibilidades futuras mientras duermen, como en un sueño, y que después decidan libremente."
"Es una de las ideas que rondaba mi mente, quizá la que mejor nos podría servir en este caso."
"¿Qué necesitaremos?"
"¡Un rayo!¡Energía!"
"Eso es difícil, pero… ¡y una descarga muy grande de energía desde la central eléctrica más cercana a Edimburgo!"
"Eso podría servir. La central de Logannet es la más cercana."

El Doctor comienza a pulsar botones en la consola.  La TARDIS se materializa en Toll Road en un cruce cercano a la última casa de Kincardine on Forth. El Doctor comienza a conectar cables a una zona específica del interior de la TARDIS, a la consola y después sale al exterior con una especie de antena parabólica y un gancho.

Clara lo mira.

"Eso, ¿para qué es?"
"Oh, bueno, tendremos que hacer que venga toda la energía a nosotros y después enviar nuestra onda a los satélites que reflejaran nuestro mensaje hacia todos los escoceses, aunque estén fuera de Escocia, y también a los extranjeros que se encuentren en Escocia,"
"¿Algo más?"
"Necesitaré de toda tu ayuda."
"¿Qué tengo que hacer?"
"Conecta aquí tu teléfono móvil. Cuando yo te diga vas a tener que teclear muy rápido para piratear y dirigir la energía de la central hacia nosotros por la red eléctrica."

Clara conectó su teléfono móvil al enchufe universal que le entregó el Doctor. Mientras el teclea en una pequeña consola y dirige la antena hacia el espacio y los satélites que va a necesitar para emitir el mensaje onírico.

"¡Ahora Clara! ¡Teclea el código que te ha llegado por mensaje!"

Clara lee el código, F34GH1293LM. Lo teclea.

En Edimburgo y Londres saltan alarmas referentes al sistema eléctrico. En las oficinas de Scotland Yard y del MI5 se forma una pequeña revuelta. Llaman a las autoridades competentes de Edimburgo.

"¿Qué está sucediendo? El trasvase de las líneas de energía procedentes de la Central de Kincardine no siguen las vías habituales."
"El sistema ha sido pirateado y han modificado el recorrido, están llevando toda la energía de la central hacia la población de Kincardine".
"Eso es muy peligroso. ¿Qué mas tenemos?"
"El número del teléfono desde el que se ha emitido la señal."
"¿A quién pertenece?"
"Clara Oswald. Es profesora en uno de los institutos de la ciudad."

Mientras el Doctor le dice a Clara.

"¡Rápido! No hay tiempo ya llega la energía… Ahora teclea el segundo código que te llega al móvil…"
"Vamos a ver. 567L44M36TG."

En Londres dos agentes de Scotland Yard hablan con Danny Pink.

"¿Ha visto a la señorita Clara Oswald?"
"Si, ha salido hace un rato con la moto. Supongo que habrá ido a casa de sus padres."
"Gracias. Si la ve avísele de que necesitamos hablar con ella."
"Lo haré. No lo duden."

Los dos agentes se van alejando.

"Es imposible que en moto sea capaz de llegar a Edimburgo o a Kincardine."
"Tienes razón. La única posibilidad es un avión o un helicóptero."

El compañero coge el teléfono del bolsillo y llama a la central.

Lejos de allí.

"Ya está. Desconectamos de la red eléctrica. Tenemos este aparato cargado y listo para emitir."
"¿Cuándo lo haremos?"
"En cinco minutos. Desde el interior de la TARDIS", responde el Doctor mientras coloca la antena en el techo de la TARDIS.

Mientras ven pasar varios coches de policía. No reparan en ellos en ese momento. Una suerte. Llegan las 18:00 horas del día 17.

"Clara. Es el momento. Tenemos que teclear esto a la vez en la consola."
"¿Desde qué teclado?"
"El opuesto al mío. ¡Corre!"

Se colocan en sus puestos y teclean una única palabra: FÉNIX. Inmediatamente se emite a través de la antena una onda que llega a los satélites. Se retendrá una hora en ellos y la volverán a devolver a la Tierra, pero no a ningún equipo informático si no a todos los Escoceses y Extranjeros que tengan voto al día siguiente.

El Doctor mueve la palanca de la TARDIS y vuelven a Londres. Clara coge la moto que tiene aparcada en un rincón la saca a la calle y se dirige a casa de sus padres. El Doctor sonríe. El mueve la TARDIS hasta las cercanías del domicilio de los padres de Clara.

Agentes de Scotland Yard están allí esperando. La familia de Clara preocupada escucha el sonido de su moto y instantes después ve entrar a Clara.

Después de una hora de interrogatorio ven que es imposible que Clara haya sido la persona que ha hackeado es sistema eléctrico. Le preguntan si en algún momento a tenido lejos de si el teléfono móvil.

"Puede ser que alguien copiara la tarjeta del teléfono. Pero sólo hubiese podido ser cuando estoy dando clase o cuando estoy en el gimnasio", es la respuesta de Clara.

La noche pasa. La policía sigue investigando pero sin centrarse ya en Clara. Llega el día siguiente.

A la puerta del instituto está el Doctor apoyado junto a la puerta viendo pasar a los alumnos.

"Buenos días". le dice Clara.
"Buenos días. La emisión ha sido un éxito. Ahora falta ver el resultado."
"Si deseas puedes venir a casa y verlo conmigo, con mis padres y con Danny Pink."
"Te tomo la palabra. Allí estaré para ver los resultados."

Por la noche las noticias comenzaron a analizar los posibles resultados de la votación en Escocia. La cosa estaba muy igualada, por momentos parecía que iba a ganar el SI y en otros el NO. Al final cuando parecía que todo parecía decantarse por el SI a la independencia de Escocia y algunos ya lo iban a festejar salieron los últimos resultados salieron a la luz. Con una ventaja para unos ligera y para otros suficiente había ganado el NO.

El Doctor le guiño un ojo a Clara.

"Todavía no era la hora, ¿verdad?"
"Tu sabrás", responde Clara.

Danny Pink toma nota mental de ese hecho.





lunes, 7 de abril de 2014

"EL ENTERRADOR" por Miguel A. Mateos Carreira


"… se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria."

No sabía la verdad, al pensar que el mito de "El Enterrador" se ceñía al luchador de la WWE. Me equivoqué  al creer que este serán otro encierro más, otra investigación más.

Cuando comenzamos el viaje a España la sombra de dos oscuras nubes parecía ennegrecer las sombras del día. Después de leer el e-mail que llegó desde aquella localidad de Galicia nos preguntábamos como afrontar este encierro.

Creíamos en fantasmas. Creíamos en el terror que pueden producir, en lo que podían hacernos sentir. No sabíamos si creer en el terror en estado puro. Ahora si creo y temo que mis compañeros también.

(SIGUE DEBAJO...)

Preparamos cuando llegamos el encierro, tal y como hemos hecho otras veces.

Nada nuevo, nada raro.

Excepto lo que contaban algunas personas en bajos susurros  casi inaudibles en nuestros micrófonos como queriendo guardar un secreto.

Sólo un joven fue claro con nosotros. Había investigado sobre un ser similar y el relato más antiguo sobre este decía que procedía de Siria, de Tell Kalakh.

(SIGUE DEBAJO…)

Era una investigación rigurosa. Tanto que uno de mis compañeros dijo:

- No deberíamos haber venido. Bien sabes que lo paranormal encierra peligros…

No hice caso. Seguimos adelante. Había tres lugares donde ese extraño ser, ente o fantasma aparecía. El cementerio, una casa en ruinas al noroeste de la población y un antiguo asentamiento prerromano.

¿Por qué esos tres lugares? No tenía sentido.

El joven nos guió a los tres sitios. Entramos en acción haciendo unas grabaciones previas, pero parecía como si una sensación de calor se impusiese a cualquier otra.

(SIGUE DEBAJO…)

En unos croquis se marcaron donde se pondrían las cámaras en el cementerio, el antiguo asentamiento y la casa en ruinas.

Iniciaríamos el encierro en el cementerio y terminaríamos en el antiguo asentamiento. Tres eran los lugares  y tres nosotros, pero por alguna razón preferíamos estar juntos. Sólo el joven de la población junto a una amiga suya que sabía de imagen y sonido se colocaron en la zona base controlando las cámaras estáticas.

(SIGUE DEBAJO…)

Hacía años que deseaba conseguir una imagen clara de un fantasma. No sabía que en este encierro obtendría lo que buscaba.

Llego la noche. Entramos en la primera parte del encierro: en el cementerio.

La luna brillaba, los gatos de la población parecía que se habían puesto de acuerdo en llegar en ese momento.

Sucedió entonces lo extraño. Como una comitiva los gatos se acercaron a una de las lápidas. Un gato gris atigrado se colocó en el centro, un rayo de luna cayó sobre él y soltó una maullido. Parecía un llanto y los otros gatos lo imitaron.

Una sombra apareció en la cámara térmica. Algo parecido a un hombre con un sombrero y una pala. Luces rodearon la tumba quedando el hecho registrado en las cámaras X.

Sentimos que un temor se apoderaba de nosotros. Tratamos de obtener alguna psicología. Sólo unos gruñidos extraños aparecían.

En ese mismo instante nos informaron por el walkie que había aparecido un extraño hombre en la casa. La descripción recordaba a los enterradores del Viejo Oeste.

Cuando llegamos a la casa y tratamos de localizar alguna muestra de actividad paranormal no conseguimos nada.

Lo más extraño era el silencio. Parecía que habíamos entrado en una tumba. Eso no nos gusto. Mantuvimos el tipo pero al final cortamos el encierro en la casa.

Fue en el antiguo asentamiento pre-romano, en el castro, donde todo se precipitó. Comenzamos a tener registros muy altos en el mel meter, psicologías surgían por doquier. Había mucha energía. Entonces la vimos. Parecía una chica sentada en el centro del castro. Está sentada, agarrándose las rodillas, meciéndose.

La enfocamos con la cámara. E ese momento vimos sus rostro. Era pura oscuridad salvo su boca. Una boca en la que se veían unos dientes de demonio temibles. Ibamos a huir cuando en la entrada del castro apareció él: "El Enterrador", atacó al demonio que parecía una chica.

Estalló una luz. Huimos, Las cámaras se apagaron. La imagen quedo registrada. Hasta el día siguiente no volvimos a por las cámaras.

Agradecimos a los dos jóvenes de la población su ayuda y volvimos a casa. No volveríamos a investigar. Lo visto en aquel lugar nos llegó de sobras.

(FIN)