Los últimos coletazos del Año Santo llegaban a la población de Arzúa con los peregrinos rezagados. No era lo único que había llegado. Curiosamente se habían vuelto a poner de moda las maquinas de monedas de cascada. Sí, esas donde puedes sacar monedas o billetes o nada según la suerte y la técnica que se tenga a la hora de jugar en ellas.
Entre esos peregrinos que llegaban estaba Sherlock. Su amigo Miguel le había dicho que podía estar bien despejar un poco la mente de sus quehaceres diarios y el Camino de Santiago podía ayudar en ello.
Ese día Miguel fue a recibir a Sherlock a la entrada de Arzúa.
- ¿Qué tal el Camino?- preguntó Miguel.
- Muy bien - fue la respuesta de Sherlock-. Tenías razón. Me ha servido para despejar la mente y pulir mis habilidades.
- ¿Pulir tus habilidades?
- ¡Oh, sí! No hay nada más difícil que poder deducir de donde es cada peregrino que te acompaña en el camino y con el que en ocasiones debes compartir albergue.
- Seguro que te habrás divertido entonces -dijo Miguel.
- Bueno, he deducido algunas cosas curiosas de algunos peregrinos. Eso sí. Me las he callado de momento. Salvo en un caso.
- ¿Cuál?
- Uno de los pederastas y vendedores de pornografía infantil más buscados por el FBI en Estados Unidos. ¡Estaba haciendo el Camino de Santiago!
- Y, ¿eso?
- Lo descubrí por que la documentación que llevaba era falsa. Se hacía pasar por ciudadano británico afincado en Barcelona. Más su acento americano cuando hablaba despertó mis dudas. De hecho, me las despejo una chica de Maine, que reside en Portland con la que me encontré y entable conversación.
- Tenia un acento semejante al suyo supongo.
- Nada de eso, ella me dijo que el acento del hombre era más de la costa oeste con un toque tal vez australiano o de por esa zona.
- Llegaste, viste y lo pusiste en conocimiento.
- Si, algo así. Primero comprobé en la página del FBI en las fotografías. Al ver que eran la misma persona fue cuando lo puse en conocimiento de la embajada de Estados Unidos.
Se veía que ni en el Camino Sherlock había estado quieto.
- ¿Sabes el misterio que tenemos aquí en Arzúa?
- ¿Cuál? -pregunto Sherlock con curiosidad.
- Pues que misteriosamente estas Navidades empezaron a poner maquinas como esta -dijo Miguel señalando una de esas maquinas que había junto a un café. Incluso dicen que abrirán un salón de juegos con billares y maquinas de este tipo.
Sherlock le señaló a Miguel las sillas de la cafetería del albergue Ultreía. Se sentaron tranquilamente en el exterior. Mientras observaban el ambiente circundante.
- ¿Qué piensas tú sobre el tema? -preguntó Sherlock.
- Lo primero que pensé fue que tenía que ver con una serie de videos que salen en Internet en YouTube de un joven creo recordar que colombiano o mexicano.
- No es una mala deducción. Internet pone muchas cosas de moda incluso estas maquinas que habían quedado en Europa en desuso. Sabes en diversos países del continente americano las usan para blanquear dinero de la droga.
Miguel se quedó durante un rato pensativo.
- Le veo lógica. Al menos desde una perspectiva seguro.
- Si yo te contase...
- ¡Mira! Hay va Jonny a jugar a la maquina. Es un hacha. A aprendido el truco viendo los videos de Internet y ahora es él el que los hace.
Sherlock miró durante un rato como aquel joven con un brazo tatuado, camiseta azul del anime Bleach, pantalón vaquero, y una gorra naranja que hacía juego con los tenis que llevaba. También llevaba una mochila con un dibujo de Fairu Tail.
- Lleva uno de tus dibujos en la mochila.
- Si, me pago por él lo suficiente para poder pagar yo la autorización de licencia.
- Ese chico no tiene futuro -fueron las palabras que Sherlock dijo mientras se levantaban y pagaban la cuenta.
Miguel que hacía tiempo conocía a Sherlock tomo nota mental de sus palabras.
Mientras se dirigían a la parada del autobús junto al Bar Ameixa. Sherlock se fijo en un grafiti.
-¿Qué significa "noite"? -le pregunto Sherlock a Miguel.
- Noite significa Noche - fue la respuesta.
(CONTINUARÁ)
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