Mi nombre verdadero es irrelevante. Tan sólo decir que soy una especie de ladrón y que me aproveché de la imaginación de una persona para tomar imagen cuando tenía ciertos problemas y después no me fue posible abandonar.
Todo comenzó para mi después de la muerte de alguien muy querido tras el robo de unas joyas en Sudáfrica. Una organización las robo, uso a esa persona para trasladarlas a un museo de Europa, y seguidamente asesinó a esa persona. Eso hizo que yo saliese a la luz, pues hasta ahora nadie sabía de mi existencia salvo otros ladrones de guante blanco, algunos detectives muy especiales, y poco más. Más cuando llegué a Estados Unidos y conocí a la detective Holt, me aproveche de una de sus creaciones. Si amigos, me aproveche de su jefe ficticio Remington Steele.
Si fue una licencia que primero ella y después yo usamos. Espero que después de todas nuestras aventuras, después de todos nuestros trabajos conjuntos nos sea perdonada a ambos el uso necesario de la personalidad de Remington Steele. Una cosa es cierta, desde que soy Remington Steele, desde que estoy con Laura, no he tenido necesidad de robar, y he sido relativamente honrado… Salvo en el nombre claro está.
De hecho, le hice una promesa a ella y la estoy cumpliendo. Incluso conseguimos devolver las joyas a sus legítimos dueños y detener a los agentes de esa organización de tráfico de joyas que hicieron matar a la persona a la que yo tanto quería.
En cualquier caso no estoy des-informado y cuando no hace mucho en New York habían robado algo muy valioso. Sin consultar con mi socia, me puse en contacto con la aseguradora para que lo investigasen pues sabía que una vieja amiga, antigua ladrona, Chantal, podría ayudarles en la recuperación del objeto.
Cuando fue preciso yo le remití la información precisa a través de un contacto común en la ciudad. Mientras desde el asiento del despacho de la agencia de detectives coordiné todo para que saliese bien, incluso conseguí que los agentes que investigaban el asesinato del director de la galería tuviesen ciertas sospechas primero de él, luego de mi propia amiga Chantal, e incluso de otro famosos colega del gremio de ladrones.
Por suerte, como me contó ella después, cierto asesor ayudó más de lo que se esperaban pues había confiado en la inocencia de ella hasta el final.
La verdad, muchos se preguntaran ¿cuál es mi nombre? Yo les diría que soy Arsenio Lupin, pero creo que eso tampoco sería del todo cierto. Además, no soy el único "reinsertado" en la sociedad, y mejor que mi nombre, mi nombre real, todavía no salga a la luz, pues sé que todavía hay quien me busca bajo mi verdadero nombre por hechos del pasado, pero por suerte desconoce mi rostro.
Espero que mis aventuras sean de vuestro agrado mientras perdonáis la licencia de ser quién no soy.