Todos tenemos un secreto encerrado en un lugar oculto de nuestra alma. El mío es como comenzó mi pesar, como se inicio esta enfermedad que ahora me aqueja.
Todo comenzó siendo yo un muchacho de quince años que vivía en esa ciudad hechicera donde convergen peregrinos y un suave olor a piedra húmeda acompaña nuestro pasear en otoño, invierno y primavera. En aquellos días trataba de estudiar en el colegio o instituto privado en el que me había inscrito mi tutor. Esa vida era para mi un rompe cabezas que me hacía soñar con seres oscuros nacidos en las alas de las tinieblas. Dos libros siempre estaban entonces en mis manos, "El Hobbit" de Tolkien y "Los mitos de Cthulhu" de Lovecraft. Básicamente era un estudiante como cualquier otro que podáis encontrar por las calles de vuestra ciudad.
Era una noche más de estudio, no podía conciliar el sueño. Los profesores se habían puesto de acuerdo para volvernos locos poniéndonos todos los examenes en un día, y los libros se me atascaban, ya no sabía si estudiaba Física o Matemáticas, Literatura o Filosofía.
Sobre la mesa el reloj me decía que ya habían pasado de las dos de la mañana. Quería dormir. Mi cuerpo lo necesitaba, pues llevaba así dos semanas. pero cuando me acostaba, mi mente me recordaba los examenes y ya no me era posible dormir.
Dos horas pasé en esa situación. ya eran las cuatro de la mañana. Guarde enfadado el reloj en un cajón.
Tenía mi cabeza saturada de información. Ahora, era la angustia por no dormir lo que me impedía el descanso.
Una voz llego entonces a mi. no una voz física sino un mensaje mental o algo así. Me decía:
- "¿Quieres dormir? ¿Anhelas el descanso?"
Me quedé congelado de terror. ¿Habría leído demasiado Lovecraft? No, no podía se eso.
La voz volvió.
- "Te ayudaré a descansar como nunca, y podrás hacer los examenes sin tensión."
Era justo lo que necesitaba.
-"Observa y déjate llevar por mis palabras."
Cuando me dí cuenta estaba fuera de casa. No podía saber como había llegado allí pero estaba en la casa, en la habitación, de una joven de mi clase, de una de mis compañeras.
- "Dale placer y descansaras"- dijo la voz.
Le hice caso. Ahora deseo que entonces no lo hubiese hecho.
Ahora ´se quién enviaba las sugerencias, quién era la voz tentadora. Era la voz de alguien que corrompió mi alma y mi cuerpo. Ya no duermo, no puedo dormir. Aprobé aquellos examenes y otros que los siguieron. pero ya no duermo, prácticamente no como. No lo necesito. Vivo del placer que les doy a las mujeres. Vivo de su energía.
Mi deseo ahora es ser liberado de esta maldición. Deseo poder dormir, algo que hace quince años o quizá veinte que no hago.
Todo comenzó siendo yo un muchacho de quince años que vivía en esa ciudad hechicera donde convergen peregrinos y un suave olor a piedra húmeda acompaña nuestro pasear en otoño, invierno y primavera. En aquellos días trataba de estudiar en el colegio o instituto privado en el que me había inscrito mi tutor. Esa vida era para mi un rompe cabezas que me hacía soñar con seres oscuros nacidos en las alas de las tinieblas. Dos libros siempre estaban entonces en mis manos, "El Hobbit" de Tolkien y "Los mitos de Cthulhu" de Lovecraft. Básicamente era un estudiante como cualquier otro que podáis encontrar por las calles de vuestra ciudad.
Era una noche más de estudio, no podía conciliar el sueño. Los profesores se habían puesto de acuerdo para volvernos locos poniéndonos todos los examenes en un día, y los libros se me atascaban, ya no sabía si estudiaba Física o Matemáticas, Literatura o Filosofía.
Sobre la mesa el reloj me decía que ya habían pasado de las dos de la mañana. Quería dormir. Mi cuerpo lo necesitaba, pues llevaba así dos semanas. pero cuando me acostaba, mi mente me recordaba los examenes y ya no me era posible dormir.
Dos horas pasé en esa situación. ya eran las cuatro de la mañana. Guarde enfadado el reloj en un cajón.
Tenía mi cabeza saturada de información. Ahora, era la angustia por no dormir lo que me impedía el descanso.
Una voz llego entonces a mi. no una voz física sino un mensaje mental o algo así. Me decía:
- "¿Quieres dormir? ¿Anhelas el descanso?"
Me quedé congelado de terror. ¿Habría leído demasiado Lovecraft? No, no podía se eso.
La voz volvió.
- "Te ayudaré a descansar como nunca, y podrás hacer los examenes sin tensión."
Era justo lo que necesitaba.
-"Observa y déjate llevar por mis palabras."
Cuando me dí cuenta estaba fuera de casa. No podía saber como había llegado allí pero estaba en la casa, en la habitación, de una joven de mi clase, de una de mis compañeras.
- "Dale placer y descansaras"- dijo la voz.
Le hice caso. Ahora deseo que entonces no lo hubiese hecho.
Ahora ´se quién enviaba las sugerencias, quién era la voz tentadora. Era la voz de alguien que corrompió mi alma y mi cuerpo. Ya no duermo, no puedo dormir. Aprobé aquellos examenes y otros que los siguieron. pero ya no duermo, prácticamente no como. No lo necesito. Vivo del placer que les doy a las mujeres. Vivo de su energía.
Mi deseo ahora es ser liberado de esta maldición. Deseo poder dormir, algo que hace quince años o quizá veinte que no hago.
No esta mal, le falta en mi opinion dado que que es de miedo, algo mas de tension.
ResponderEliminarTodos hemos sido incapaces de conciliar el sueño alguna vez por culpa de los examenes, tomar la via facil no nos ayudara.
Tienes razón. Le falta algo de "tensión", algo de ese miedo o terror propio del cine y de algunos relatos de grandes autores.
ResponderEliminarLa verdad, hago lo que puedo y quizá en algún momento pueda mejorar la tensión necesaría para este relato concreto.
Espero que e dejes también comentarios de los otros relatos.
A este realto le falta, misterio, tensión, el elemento inquietante que precede al miedo en estado puro.
ResponderEliminarEn realidad, podría llegar a ser un buen relato pero no has llegado al máximo de tus posibilidades.