Al principio sólo existía el Abismo. Allí flotaba el Ens Primigenio en espíritu. Del Ens surgieron los Missus, y poblaron el Abismo. No existía ni el Mal ni el Bien.
Más el Ens percibió el vacío del Abismo. Entonces, creó la materia, y aquella materia era como un fuego incandescente que se fue dividiendo formando estrellas, planetas y satélites, y otros cuerpos diversos que ocuparon el Abismo oscuro.
Cuando terminó su trabajo llamó a los Missus, les ordenó poblar y traer vida ea las tierras fértiles del joven universo. Y, los Missus lo hicieron.
Durante eones nada sucedió.Los Missus crearon el agua, hicieron surgir la vida sobre algunos planetas. Todavía no existía el Mal ni el Bien, sólo la idea de creación y el poder para llevarla a cabo.
Surgían entre algunas especias ciertas razas inteligentes.Los Missus se vieron atraídos por ellas, y surgió el deseo de poder. Y, el deseo de Poder no el malo si uno sabe controlar el poder adquirido, pero el Poder sin control es peligroso, y muchos de aquellos seres se volvieron a la Oscuridad. Nació así el Mal. Y, esa maldad llegó a los Missus. Estos guerrearon entre ellos, se mezclaron entre aquella "humanidad" y hubo una gran destrucción.
Los Missus fueron alejados por el Ens de aquellos mundos, pero quedaron sus hijos, muchos de ellos nacidos de unirse a los seres humanos. Eran los Señores de los Vientos, las Fateri. Fueron los antiguos dioses, los dioses olvidados. De ellos nacieron los Magister, y los Magister están entre nosotros, pero han sido olvidados.
Los Magister se dividen en Inferus y Nuntius. Cualquiera puede cambiar de bando, pero es más fácil que un Nuntius se convierta en Inferus que al contrario. Todos los Magister pueden leer lamente de los seres humanos, controlar sus pensamientos, arrebatar la vida mediante el placer, sanar y viajar en el tiempo.
Los Nuntius eligieron el Bien, proteger a los Inocentes, y guardar los tres Libros de Orden: El Libro del Tiempo, el Libro de la Sanación, y el Libro de la Creación. Su historia, se ha perdido en los mares de la Historia de la Humanidad.
Esa perdida fue causada por los Inferus, Señores de la Oscuridad, y potenciadores del mal en el mundo...
Alana no sabía nada de eso. Era una sencilla y joven profesora de Historia en el instituto de Arzúa. Le gustaba leer y trabajar en la mesa de la cocina, pero había tenido un accidente. Desde que se recupero los sueños la acosaban, y no todos sus sueños eran buenos. Por esa razón se dedicó a escribirlos.
En realidad sus sueños comenzaron un Domingo, mientras esperaba para hablar por videoconferencia con su novio que estaba en Irlanda. Él estaba haciendo trabajo de campo en el monte Nephin en las proximidades del lago Conn.
Ella no sabía nada de lo que había sido descubierto allí, bajo el monte. Sólo sabía que él le había enviado un cajita de diseño celta, blanca como el marfil, que él había escamoteado del detallado inventario que habían hecho.
Se acercaban las doce de la noche, Y Nicolás no se conectaba. Alana quería abrir la cajita durante la vídeoconferencia, pues no sabía como se podía abrir y esperaba que Nicolás se lo dijese, y de esa forma él pudiese ver su cara de sorpresa al ver lo que contenía.
Algo iba a suceder esa noche.
Su novio no se conectó. En cambio, mientras navegaba por un chat, comenzó a mandarle mensajes un profesor de otra población española. Con sus palabras consiguió apoderarse en cierto modo de la mente de Alana, y comenzó a atarla con las cadenas del deseo y a sujetarla con palabras tratando de que se mostrase por la webcam... No lo logró.
Sin embargo, no hay otra explicación para lo que sucedió después. Pues consiguió despertar en ella el deseo de estar con su novio, de vivir plenamente la pasión de la carne con él.Pero de él sólo tenía aquella caja encontrada en la excavación y que no podía abrir ni sabía que contenía.
Así cunado se quedó dormida, el deseo de placer, que permanece en todo momento, penetró lentamente en su corazón, se mostró en sus sueños contra su voluntad, desesperándola. Llegaba la portentosa presencia de lo sobrenatural.
Aquella caja guardaba lo que los Inferus más desean usar, y con ella la esencia del resto de su cuerpo.
Alana se había dormido con la caja blanca, alargada, junto a ella. Sus sueños estaban llenos de un ardiente deleite. Y, mientras se movía en la cama la caja se abrió, y aquella parte del Inferus quedó libre sobre el colchón.
Ella dormida la rozó con la piel desnuda de su brazo mientras soñaba, un sueño que la mantenía visiblemente excitada. La parte del Inferus volvió a rozar la piel de la joven profesora y esta emitió un débil gemido. La parte del Inferus se coló entre sus ropas rozando su piel y haciendo que el poder del ser maligno al que pertenecía descendiese como un manto de placer. Comenzó a sentir calor, mucho calor que la invadía y la obligaba a quitarse la ropa. Comenzó a sentir el deleite del placer. Echó la cabeza hacia atrás y sintió que llegaba al climax.
El Inferus tomó cuerpo y sonrió triunfal. Fue acariciando sus piernas, separando sus muslos, y penetró en su cuerpo. El Inferus comenzó a moverse y con cada movimiento la hacia llegar al máximo placer. Si seguía así la mataría, y eso él no lo deseaba. La dejó inconsciente, entre gemidos suaves nacidos del placer que aún se mantenía en su cuerpo. Mientras el ser volvía a encerrarse en la blanca caja.
Durante una semana Alana vivió todas las noches eso. Tras ella lo vivieron varias de sus alumnas y algunas mujeres de Arzúa, todas de entre trece y cincuenta años. Más en Arzúa no mató a nadie, esperó y descubrió que podía usar Internet para ello. Comenzaría por diversas mujeres en varias capitales del mundo. Empezó en Luanda, y terminó en Harare, en África; siguió por Ottawwa y llegó a México, prosiguió por Saint John's y continuó hasta Fort-de-France, y siguió por capitales de América del Sur y Asia, pero dejó para el final Europa.
En Europa siguió el siguiente orden: Islandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Humgría, Austría, Rusia, Estonia, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Turquía, Ucranía, Moldavia, Francia, Mónaco, Suiza, Liechtenstein, Eslovenia, Italia, San Marino, Malta, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Rumanía, Albania, MAcedonía, Grecía y Chipre. Durante meses la Interpol investigó las muertes de las mujeres en esos países; y, los forenses sólo pudieron decir que habían muerto por agotamiento al llegar de forma reiterada y repetida múltiples veces al sumo placer sexual.
Los últimos países fueron Reino Unido, Irlanda, Andorra, Portugal y España.
En Estocolmo la víctima apareció en el Berzeliipark, y era una joven actriz que trabajaba en el Bramatiska Teatern.
En Oslo la víctima apareció en la Nasjonal-biblioteket, y era una estudiante de Ciencías Políticas.
En Copenhague fue una niña de trece años, en el Churchill Parken.
En Helsinki fue una mujer casada de treinta y cinco años, que apareció en su piso en Kirkkokatu.
En Mohrenstrasse, en Berlín. también apareció otra.
En el Ogród Saski, cerca del Metropolitan, también apareció una joven.
Así, sucesivamente, caso a caso la Interpol y otros organismos policiales e investigadores privados consiguieron descubrir que el asesino conocía a las víctimas por Internet. Sin embargo, al detenerse los crimenes perdieron la forma de cazarlo. Sólo sabían que lo hacía desde una red de Santiago de Compostela. En realidad, se conectaba desde el olvidado Telecentro de Arzúa que permanecía cerrado al público, pero eso nadie lo sabía.
Alana seguía sin noticias de Nicolás. Nadie le daba noticias de él. Así fue como se dispuso a viajar a Irlanda, pero una semana antes, se encontró en La Coruña con la hermana de Nicolás. Su aspecto y sus ropas no le pasaron inadvertidas. Fue así como conoció la noticia de su muerte.
Investigó el caso. Nicolás había muerto el mismo día que le envió aquella extraña caja blanca que no sabía como se podía abrir.
Pero ya era tarde para cualquier acción. Lo comprendió esa noche cuando el Inferus la tomó por última vez hasta que la llevó a la muerte. Sin embargo, ella había fotografíado la caja y copiado los símbolos, y aunque el Inferus se llevo la caja blanca. Ella dejó una pista de su peligroso contenido. Su aso fue catalogado como violación con asesinato, y robo.
Sin embargo, el agente de la Interpol Conn Arsavan descendiente directo de un Nuntius reconoció la caja y los símbolos. Él se encargaría de perseguir ese mal.
Más el Ens percibió el vacío del Abismo. Entonces, creó la materia, y aquella materia era como un fuego incandescente que se fue dividiendo formando estrellas, planetas y satélites, y otros cuerpos diversos que ocuparon el Abismo oscuro.
Cuando terminó su trabajo llamó a los Missus, les ordenó poblar y traer vida ea las tierras fértiles del joven universo. Y, los Missus lo hicieron.
Durante eones nada sucedió.Los Missus crearon el agua, hicieron surgir la vida sobre algunos planetas. Todavía no existía el Mal ni el Bien, sólo la idea de creación y el poder para llevarla a cabo.
Surgían entre algunas especias ciertas razas inteligentes.Los Missus se vieron atraídos por ellas, y surgió el deseo de poder. Y, el deseo de Poder no el malo si uno sabe controlar el poder adquirido, pero el Poder sin control es peligroso, y muchos de aquellos seres se volvieron a la Oscuridad. Nació así el Mal. Y, esa maldad llegó a los Missus. Estos guerrearon entre ellos, se mezclaron entre aquella "humanidad" y hubo una gran destrucción.
Los Missus fueron alejados por el Ens de aquellos mundos, pero quedaron sus hijos, muchos de ellos nacidos de unirse a los seres humanos. Eran los Señores de los Vientos, las Fateri. Fueron los antiguos dioses, los dioses olvidados. De ellos nacieron los Magister, y los Magister están entre nosotros, pero han sido olvidados.
Los Magister se dividen en Inferus y Nuntius. Cualquiera puede cambiar de bando, pero es más fácil que un Nuntius se convierta en Inferus que al contrario. Todos los Magister pueden leer lamente de los seres humanos, controlar sus pensamientos, arrebatar la vida mediante el placer, sanar y viajar en el tiempo.
Los Nuntius eligieron el Bien, proteger a los Inocentes, y guardar los tres Libros de Orden: El Libro del Tiempo, el Libro de la Sanación, y el Libro de la Creación. Su historia, se ha perdido en los mares de la Historia de la Humanidad.
Esa perdida fue causada por los Inferus, Señores de la Oscuridad, y potenciadores del mal en el mundo...
Alana no sabía nada de eso. Era una sencilla y joven profesora de Historia en el instituto de Arzúa. Le gustaba leer y trabajar en la mesa de la cocina, pero había tenido un accidente. Desde que se recupero los sueños la acosaban, y no todos sus sueños eran buenos. Por esa razón se dedicó a escribirlos.
En realidad sus sueños comenzaron un Domingo, mientras esperaba para hablar por videoconferencia con su novio que estaba en Irlanda. Él estaba haciendo trabajo de campo en el monte Nephin en las proximidades del lago Conn.
Ella no sabía nada de lo que había sido descubierto allí, bajo el monte. Sólo sabía que él le había enviado un cajita de diseño celta, blanca como el marfil, que él había escamoteado del detallado inventario que habían hecho.
Se acercaban las doce de la noche, Y Nicolás no se conectaba. Alana quería abrir la cajita durante la vídeoconferencia, pues no sabía como se podía abrir y esperaba que Nicolás se lo dijese, y de esa forma él pudiese ver su cara de sorpresa al ver lo que contenía.
Algo iba a suceder esa noche.
Su novio no se conectó. En cambio, mientras navegaba por un chat, comenzó a mandarle mensajes un profesor de otra población española. Con sus palabras consiguió apoderarse en cierto modo de la mente de Alana, y comenzó a atarla con las cadenas del deseo y a sujetarla con palabras tratando de que se mostrase por la webcam... No lo logró.
Sin embargo, no hay otra explicación para lo que sucedió después. Pues consiguió despertar en ella el deseo de estar con su novio, de vivir plenamente la pasión de la carne con él.Pero de él sólo tenía aquella caja encontrada en la excavación y que no podía abrir ni sabía que contenía.
Así cunado se quedó dormida, el deseo de placer, que permanece en todo momento, penetró lentamente en su corazón, se mostró en sus sueños contra su voluntad, desesperándola. Llegaba la portentosa presencia de lo sobrenatural.
Aquella caja guardaba lo que los Inferus más desean usar, y con ella la esencia del resto de su cuerpo.
Alana se había dormido con la caja blanca, alargada, junto a ella. Sus sueños estaban llenos de un ardiente deleite. Y, mientras se movía en la cama la caja se abrió, y aquella parte del Inferus quedó libre sobre el colchón.
Ella dormida la rozó con la piel desnuda de su brazo mientras soñaba, un sueño que la mantenía visiblemente excitada. La parte del Inferus volvió a rozar la piel de la joven profesora y esta emitió un débil gemido. La parte del Inferus se coló entre sus ropas rozando su piel y haciendo que el poder del ser maligno al que pertenecía descendiese como un manto de placer. Comenzó a sentir calor, mucho calor que la invadía y la obligaba a quitarse la ropa. Comenzó a sentir el deleite del placer. Echó la cabeza hacia atrás y sintió que llegaba al climax.
El Inferus tomó cuerpo y sonrió triunfal. Fue acariciando sus piernas, separando sus muslos, y penetró en su cuerpo. El Inferus comenzó a moverse y con cada movimiento la hacia llegar al máximo placer. Si seguía así la mataría, y eso él no lo deseaba. La dejó inconsciente, entre gemidos suaves nacidos del placer que aún se mantenía en su cuerpo. Mientras el ser volvía a encerrarse en la blanca caja.
Durante una semana Alana vivió todas las noches eso. Tras ella lo vivieron varias de sus alumnas y algunas mujeres de Arzúa, todas de entre trece y cincuenta años. Más en Arzúa no mató a nadie, esperó y descubrió que podía usar Internet para ello. Comenzaría por diversas mujeres en varias capitales del mundo. Empezó en Luanda, y terminó en Harare, en África; siguió por Ottawwa y llegó a México, prosiguió por Saint John's y continuó hasta Fort-de-France, y siguió por capitales de América del Sur y Asia, pero dejó para el final Europa.
En Europa siguió el siguiente orden: Islandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Humgría, Austría, Rusia, Estonia, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Turquía, Ucranía, Moldavia, Francia, Mónaco, Suiza, Liechtenstein, Eslovenia, Italia, San Marino, Malta, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Rumanía, Albania, MAcedonía, Grecía y Chipre. Durante meses la Interpol investigó las muertes de las mujeres en esos países; y, los forenses sólo pudieron decir que habían muerto por agotamiento al llegar de forma reiterada y repetida múltiples veces al sumo placer sexual.
Los últimos países fueron Reino Unido, Irlanda, Andorra, Portugal y España.
En Estocolmo la víctima apareció en el Berzeliipark, y era una joven actriz que trabajaba en el Bramatiska Teatern.
En Oslo la víctima apareció en la Nasjonal-biblioteket, y era una estudiante de Ciencías Políticas.
En Copenhague fue una niña de trece años, en el Churchill Parken.
En Helsinki fue una mujer casada de treinta y cinco años, que apareció en su piso en Kirkkokatu.
En Mohrenstrasse, en Berlín. también apareció otra.
En el Ogród Saski, cerca del Metropolitan, también apareció una joven.
Así, sucesivamente, caso a caso la Interpol y otros organismos policiales e investigadores privados consiguieron descubrir que el asesino conocía a las víctimas por Internet. Sin embargo, al detenerse los crimenes perdieron la forma de cazarlo. Sólo sabían que lo hacía desde una red de Santiago de Compostela. En realidad, se conectaba desde el olvidado Telecentro de Arzúa que permanecía cerrado al público, pero eso nadie lo sabía.
Alana seguía sin noticias de Nicolás. Nadie le daba noticias de él. Así fue como se dispuso a viajar a Irlanda, pero una semana antes, se encontró en La Coruña con la hermana de Nicolás. Su aspecto y sus ropas no le pasaron inadvertidas. Fue así como conoció la noticia de su muerte.
Investigó el caso. Nicolás había muerto el mismo día que le envió aquella extraña caja blanca que no sabía como se podía abrir.
Pero ya era tarde para cualquier acción. Lo comprendió esa noche cuando el Inferus la tomó por última vez hasta que la llevó a la muerte. Sin embargo, ella había fotografíado la caja y copiado los símbolos, y aunque el Inferus se llevo la caja blanca. Ella dejó una pista de su peligroso contenido. Su aso fue catalogado como violación con asesinato, y robo.
Sin embargo, el agente de la Interpol Conn Arsavan descendiente directo de un Nuntius reconoció la caja y los símbolos. Él se encargaría de perseguir ese mal.
Podrías mejorarlo mucho más. El inicio es interesante pero el salto que das tanto en la forma de narrar como en el tema deja al lector vacio y desorientado. Parece que hablas más que de un espíritu de un asesino en serie que caza a mujeres por Internet. Eso podría ser bueno si te hubieses centrado en el elemento humano y no en el elemento mágico o demoniaco.
ResponderEliminarRevísalo con tiempo, quita algunas cosas y pon otras. Creo que de este relato podrías sacar dos relatos muy buenos y no uno regular tirando a malo como has hecho.